En un año marcado por la desaceleración económica y sin grandes augurios para el futuro entre las empresas, la dirección de ArcelorMittal vuelve a pisar el freno de cara a 2023. La cúpula española del gigante de la siderurgia ha propuesto este viernes a los sindicatos prorrogar el ERTE actualmente vigente -que expira a final de año- y extender el frenazo de actividad a todo el año que viene.

Así ha ocurrido durante la reunión de la mesa de negociación del ERTE mantenida este viernes en Etxebarri. La falta de carga de trabajo que garantice una operación a pleno rendimiento ha hecho que la empresa haya propuesto prorrogar el ERTE hasta el 31 de diciembre de 2023 en las mismas condiciones que el actual, acordado en octubre y que establecía una reducción del 20% de la jornada para los trabajadores de Etxebarri y Olaberria.



Los sindicatos han anunciado que van a analizar la propuesta de la empresa para dar una respuesta en el periodo de consultas que se ha establecido, que son los próximos cinco días. UGT, de entrada, ha denunciado que hay algunas plantas -aunque no ha detallado dónde- en las que el expediente no se aplica "cumpliendo las condiciones pactadas" y esa es una condición 'sine qua non' para alcanzar un pacto para una nueva prórroga. CCOO, por su parte, arranca con la propuesta de que, de darse una prórroga, no sea de más de tres meses.

El ERTE propuesto este viernes no afecta a Sestao, donde la antigua PCB tiene su propio expediente, cuya negociación tendrá lugar, salvo sorpresa, la semana que viene. Todo apunta a que el comienzo de año se dará con los hornos anexos a la ría aún parados durante un tiempo. En 2022, los 300 trabajadores de esa factoría solo han trabajado durante cuatro meses.