Después de unas semanas de incertidumbre, el Gobierno ha despejado este martes el balón. El contrato de relevo se prorroga un año más para la industria manufacturera y da un respiro a las empresas de Euskadi. La fórmula laboral, que venía decayendo desde 2013 tras llegar a superar los 5.000 contratos llevaba recuperándose durante tres años, pero necesitaba ahora de una prolongación para no desaparecer en la industria. Finalmente el Gobierno ha concedido un año más de venia a la industria para preservar una 'reliquia' que está volviendo a cobrar vida en estos últimos años. En 2022 son 663 los contratos de este tipos suscritos este último año como alternativa para competir en esa batalla por retener al talento joven.

La figura es muy del gusto de los sindicatos y  ahora mismo está como uno de los puntos calientes de la negociación de la segunda fase de la reforma de las pensiones en Madrid. De momento lo conseguido es una prórroga, pero el Ejecutivo quiere ir más allá y recuperar el viejo sistema del relevo previo a 2023. Un modelo que, en opinión de las centrales, tiene que crecer en protagonismo y extenderse de la industria manufacturera a todos los sectores. Pero los sindicatos no son los únicos que están dibujando un futuro de más protagonismo para el contrato de relevo: el propio Gobierno vasco, tal y como adelantó este periódico, tiene reservado 1,2 millones en subvenciones para esta modalidad de contrato en 2023, a lo que hay que sumar otros 700.000 euros de un programa destinado a asegurar un relevo generacional en pequeñas empresas y que también tiene el contrato relevo como base.



Ahora mismo son solo 663 los contratos de este tipo rubricados en Euskadi a lo largo de este año. La figura ahora mismo vigente permite que los empleados más mayores se reduzcan su jornada y que sea un relevista -pensado con la idea de que sea gente joven que tiene complicado acceder al mercado laboral- quien le suceda en el puesto ocupando ese procentaje de jornada que ya no hace el trabajador mayor, que puede oscilar entre el 25% y el 67%.

En el caso vasco, el grueso de los contratos tienen una duración superior a los dos años -lo cual da cuenta del importante papel de la excepción del sector manufacturero- y, aunque no hay grandes diferencias, esta figura la usan más ellas (353) que ellos (310). Aunque se utiliza habitualmente como ventana para un relevo generacional joven, el grueso de los contratados con esta figura en 2023 son treintañeros y los mayores de 45.

 



La cifra de cierre del año apunta a quedar ligeramente por encima de 2019, 2020 y 2021, pero la evolución está todavía por debajo de 2018. El propio Ejecutivo de Sánchez acordó ese año, como alternativa al desierto que había generado la reforma del gobierno anterior, dar un impulso a este contrato pero únicamente en la industria manufacturera y con límite en 2023. Un empujón que ha reforzado el papel del relevo en las empresas industriales y que ahora recibe otro espaldarazo a la espera de que se presente una segunda fase de la reforma de las pensiones en la que Escrivá debería aclarar qué futuro tiene esa figura laboral. Este mismo martes, Yolanda Díaz ha anunciado la medida defendiéndola como una iniciativa que "protege el tejido productivo y la industria".

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, charla junto al que era responsable de Mercedes Vitoria, Iñaki Andrés, con trabajadores de la compañía / Pablo González (Europa Press)

En las agendas sindicales

La entrada de jóvenes a las empresas por esta vía está directamente ligada a la otra parte de la ecuación, la de las salidas. Precisamente el endurecimiento de las condiciones de acceso en 2013 tenía la motivación de desincentivar la jubilación parcial para aligerar el gasto de la Seguridad Social, un movimiento que se ha traducido claramente en una menor utilización de este contrato y que vuelve a estar en el centro del debate ahora que se está analizando en el diálogo social en España qué va a pasar con esta fórmula a la que ahora se le ha concedido otro año de moratoria.

Lo cierto, por lo pronto, es que esta figura se ha colado en la agenda de CCOOUGT -especialmente interesada en este aspecto por su peso en el mundo de la automoción- y de USO, cuya federación vasca fue la responsable de llegar una propuesta a este respecto en el congreso nacional de la federación de industria de la central para impulsar esta figura y exigir su prórroga con las condiciones actuales vista la "evolución favorable y positiva". En Euskadi empresas como Mercedes, Tubos Reunidos o CIE Automotive cuentan con esta figura laboral o con el compromiso de crearla rubricado en sus convenios.