La guerra de Ucrania ha impulsado el gasto público en armamento en todos los países europeos y la OTAN ha exigido a España y al resto de países que conforman esta organización incrementar su gasto en defensa hasta alcanzar el 2 % del PIB. Una exigencia que España está tratando de articular de forma que pueda destinar 5.000 millones más de los Presupuestos Generales del Estado a esta partida, lo que supondría duplicar prácticamente la inversión actual, que se sitúa por debajo de la media europea con un 1 %.

De forma complementaria, la UE ha adjudicado ya a España los primeros 1.200 millones del Fondo Europeo de Defensa (FED) y se espera que destinen otros 10.000 millones más hasta 2027 para poder así alcanzar ese 2% del PIB, cifra que en el caso de España equivaldría a 24.000 millones de euros. Además, las inversiones en innovación tecnológica en el sector de defensa, adscritas al Ministerio de Industria, se han visto incrementadas más del doble con respecto al año pasado, pasando de los 708 millones de 2022 a 1.601 millones para 2023. Y el capítulo dedicado a programas especiales de modernización armamentística ha pasado de los 2.341 millones en 2021 y los 2.848 en 2022 a 4.900 millones en 2023.

Así, las primeras partidas comienzan a aterrizar en Euskadi, con una inversión inicial de más de 2.000 millones que se repartirán entre las empresas líderes en la industria de armamento y defensa, como ITP Aero, SAPA Placencia, Sener o Aernnova, lo que vaticina la urgente necesidad de ampliación de sus plantillas para dar respuesta a los nuevos pedidos. 

750 millones de facturación anual

La actual coyuntura geopolítica parece beneficiar a un sector no exento de polémica pero que está más que asentado en todo el mundo y también en Euskadi. Y es que a nivel nacional, del centenar de empresas punteras que existen en España dedicadas a la producción de armas, veinte de ellas son vascas, pero, además, se calcula que al menos un centenar de empresas trabajan alrededor de esta industria en Euskadi, lo que hace que el sector armamentístico en nuestro territorio facture aproximadamente 750 millones de euros anuales, según las cifras del Ministerio de Defensa. Unos datos que hacen que País Vasco sea la tercera comunidad autónoma con mayor peso del sector armamentístico en España, únicamente por detrás de Madrid y Andalucía. Asimismo, da empleo a un total de 1.723 personas (803 de ellas de forma directa), según la TEDAE, la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio.

Entre los nombres de las firmas vascas líderes en tecnología, ingeniería y desarrollo que desarrollan material y equipo armamentístico destacan nombres como SAPA Placencia, especializada en tecnología de defensa, pero también la ingeniería Sener o las empresas de aeronáutica ITP Aero y Aernnova. No obstante, en este sector hay cabida también para empresas más pequeñas. Concretamente en Gipuzkoa: Barrena Bostak, Ignacio Tres, Armas Parkemy, Armas Garbi, Grulla Armas, Carabinas Cometa, Aya Aguirre y Aranzabal (Eibar); Armas Kemen (Elgoibar); o Dikar (Bergara). En Bizkaia: Joseba Barrenechea Garizurieta Mikel Bar (Zaldibar); Carmusa Sport (Gordexola) o Ardesa (Zamudio). Y en Álava: Sofia Ibérica SL o Beretta-Benelli Ibérica SA (Iruña de Oca).

Tradición de producción armamentística

Euskadi es un territorio donde las armas han sido, tradicionalmente, objeto de exportación, principalmente por parte de Star en Eibar, Astra en Gernika y Llama en Vitoria-Gasteiz. Tres extintas empresas vascas, que cerraron sus plantas en la década de los 90, y que se especializaron en la fabricación de armas cortas que fueron vendidas a los cuerpos policiales y del ejército. También ya son cosa del pasado las minas antipersona, antitanque y de racimo que fabricaba Expal desde su sede en Álava, que cerró en 2004 para trasladar a Burgos su producción.

En la actualidad, la producción armamentística en Euskadi se centra principalmente en la producción de armas acopladas a vehículos de guerra o a piezas para sistemas armamentísticos más grandes que se montan fuera, como por ejemplo partes del tanque Leopard, del caza de combate europeo Eurofighter, del avión de transporte militar A400M, del helicóptero Tigre, de los blindados Pizarro y Piranha o del sistema de misiles IRIS-T.

 

Sede de SAPA Placencia / SAPA

 

SAPA Placencia

La compañía de tecnología de defensa SAPA Placencia se encarga de fabricar el sistema de propulsión de los 8x8 del Ejército de Tierra, fabricados junto a Indra, Santa Bárbara y Escribano. Tras hacer entrega de las primeras siete unidades de estos vehículos militares blindados el pasado mes de enero, la empresa guipuzcoana propiedad de la familia Aperribay se encuentra preparando las 348 unidades solicitadas por el Gobierno de España por valor de 2.100 millones. Un encargo que podría incrementarse en los próximos meses hasta alcanzar el millar de utilitarios y rondar los 6.000 millones de euros. 

Planta de Aernnova en Álava / EP

 

Aernnova

La firma aeronáutica Aernnova, con sede en Vitoria-Gasteiz, participa en el diseño, fabricación y mantenimiento de una treintena de modelos de aeronaves, entre las cuales se encuentran algunas de uso militar como los helicópteros Superpuma o Tiger y los aviones F18 o Eurofighter, de los que el Ministerio de Defensa ha anunciado su deseo de comprar 25 nuevas unidades. Una operación que afianza la línea de negocio, que supone un 20 % de los ingresos de Aernnova, presidida por Iñaki López Gandásegui, cuya  facturación anual es de 515 millones.

Trabajadores con una turbina de ITP Aero, adquirida por el fondo de EEUU Bain Capital / CV

ITP Aero

De los 915 millones de euros que la compañía aeronáutica ITP Aero facturó en 2022, sólo el 20 % proceden de ingresos obtenidos a través de su línea de defensa. Es decir, la firma vizcaína, con sede en Zamudio y que ha sido adquirida por el fondo estadounidense Bain Capital, se dedica principalmente a motores y componentes aeronáuticos. No obstante, ITP coordina FCAS, un programa europeo dotado con 8.000 millones, centrado en desarrollar un nuevo caza para relegar al Eurofighter, que este año prevé recibir una inyección de 4.900 millones por parte del Gobierno de España para acelerar su desarrollo.

Instalaciones de Sener en Euskadi. / Sener

Sener

Por último, el grupo de ingeniería y tecnología Sener participa en cinco proyectos del Fondo Europeo de Defensa. El más importante de todos ellos, por su asignación económica, 110 millones, es el programa Hydef, en el que trabaja junto a Navantia, GMV, Escribano e INTA para desarrollar un sistema antimisiles que pueda hacer frente a amenazas aéreas. Además, la compañía ubicada en Getxo lidera el proyecto Commands, financiado con 24 millones, para la construcción de vehículos autónomos, y forma parte del programa Eurodrone, con 7.000 millones, para diseñar un avión no tripulado de 11 toneladas. En total, sus pedidos en materia de defensa superan los 300 millones de euros.