A pesar de los retrasos, el Gobierno Vasco pretende iniciar este año las obras de preparación del suelo para hacer realidad el proyecto de parque acuícola de Basordas anunciado en 2017, con el que quiere dar un nuevo uso a las instalaciones adquiridas a Iberdrola después de que la eléctrica vasca se viera obligada a paralizar la construcción de la central nuclear de Lemoiz a causa del sabotaje perpetrado por ETA, que se saldó con el asesinato de cinco empleados de la misma: el ingeniero José María Ryan Estrada, su sustituto Ángel Pascual, y los trabajadores Andrés Guerra, Alberto Negro y Ángel Baños.
Han pasado ya casi cuatro décadas desde que la central nuclear fuese abandonada por Iberduero (precursora de Iberdrola) en 1984 y seis años desde que Lakua decidiera apostar por la creación de un parque acuícola en estas instalaciones, desechando otras propuestas, como la de recordar este sangriento capítulo de la historia reciente de Euskadi transformándolo en un museo en honor a las víctimas del terrorismo.
Tras ser catalogados como terrenos de protección costera por parte del Ministerio de Medio Ambiente, hubo que esperar a 2019 para que las negociaciones entre PNV y PP se hicieran efectivas en los Presupuestos Generales del Estado, que recogieron la transferencia de dichos terrenos al Gobierno Vasco.
2025 era la fecha marcada para funcionar a pleno rendimiento
Según los planes del Ejecutivo vasco, el parque acuícola debería estar funcionando a pleno rendimiento en 2025, si bien, tal y como aseguran fuentes del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, esta fecha no es viable a día de hoy. Actualmente, la apuesta de Lakua por la piscifactoría se mantiene, subrayan, y es que a pesar de la acumulación de retrasos y la falta de iniciativas empresariales sólidas existentes a día de hoy, el Plan de Inversiones Estratégicas de Euskadi 2022-2024 contempla la inversión de 30,3 millones de euros en este proyecto por parte de las instituciones vascas (0,4 millones en 2022, 15 millones en 2023 y los 15 millones restantes en 2024).
Sin embargo, a pesar de ser una de las iniciativas destinadas a captar fondos europeos, el pasado 15 de marzo se cerraba el PERTE agroalimentario sin la petición de subvenciones por parte de ninguna de las seis firmas interesadas inicialmente en participar en este proyecto, lo que podría acrecentar todavía más la demora prevista en su ejecución.
5,5 hectáreas de terreno por acondicionar
Aun con todo, Lakua confía en iniciar las obras de acondicionamiento de las 5,5 hectáreas de terreno este mismo año, como base para construir las instalaciones necesarias para la cría de peces y mariscos. Según el análisis realizado por Azti en 2017, sería necesario destinar entre 18 y 25 millones de euros para preparar el área sobre la que se asienta la central nuclear. Si bien se trata de un suelo que está libre de contaminación al no haber llegado a entrar en funcionamiento, sería preciso urbanizarlo, así como actualizar las tomas de electricidad, agua y telecomunicaciones en las diferentes parcelas en las que se dividirá para poder acoger a diversas empresas, según determinó entonces el estudio llevado a cabo por este centro tecnológico dependiente del Gobierno Vasco.
Aparte, habría que demoler los edificios actuales de la central, de 200.000 metros cúbicos de hormigón y 1.000 toneladas de hierro, y levantar las nuevas infraestructuras, lo que podría requerir una inversión aproximada de 105 millones de euros, 20 de los cuales procederían de los fondos europeos Next Generation y el resto de aportación privada.