La empresa Balfegó de Tarragona, de origen familiar pero referencia a nivel mundial en el negocio del atún rojo, trabaja junto con Azti en un proyecto para la instalación de jaulas sumergibles frente a la costa guipuzcoana para empezar a explorar la actividad de engorde de esta especie. La firma catalana y el centro tecnológico vasco unen fuerzas para iniciar una pequeña revolución dentro del ámbito pesquero ya que en caso de prosperar este sistema puede traer cambios importantes al modelo que se usa actualmente para atrapar el atún rojo.
El informe presentado por Itsasbalfegó, la sociedad creada hace unos meses por ambas instituciones para abanderar el proyecto, explica precisamente que la instalación para el engorde de atún demanda que el pez se capture a través de barcos de cerco y no mediante el sistema de cebo vivo. La compañía remarca que el cambio supondrá una mejora en términos de sostenibilidad, con menor consumo de combustible de los barcos, y en seguridad.
Este nuevo enfoque permitirá, según los impulsores, devolver peso a esta actividad en Euskadi y poner en valor los ejemplares, que serán de mayor tamaño y calidad, ante la creciente demanda de atún tanto en España como en mercados internacionales, en especial en Asia. El propio informe presentado al área de Pesca del Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno vasco señala a los nuevos hábitos alimenticios, más saludables, y al éxito de la cocina japonesa como elementos que están impulsando el consumo de este pescado. En definitiva el proyecto necesita soporte institucional y que se autorice el cambio de modalidad de pesca de cebo al cerco.
Dos jaulas pioneras frente a Getaria
Por otro lado se aborda el problema de las dificultades que presenta la costa cantábrica para colocar una instalación de este tipo, en especial en los meses de invierno por las complicadas condiciones del mar. Se proyectan así inicialmente dos jaulas sumergibles en lugar de flotantes, que han sido probadas ya en el mediterráneo, de manera que se puedan sortear los fuertes oleajes, que serán amarradas al lecho marino. Se trata de un sistema de cría pionero, tal y como detalla Itsasbalfegó, todavía en fase de desarrollo y que podría demostrar en Euskadi su potencial a través de este proyecto.
Además, se acota la alimentación de los ejemplares a unos pocos meses para evitar contratiempos en otoño-invierno a la hora de desplazarse hasta las jaulas. De esta forma los atunes llegarían a la instalación al comienzo del verano, cuando se produce la captura, hasta octubre para proceder entonces a su sacrificio, procesamiento y comercialización.
La ubicación de las jaulas, de 50 metros de diámetro cada una, se proyecta frente al puerto de Getaria con suficiente distancia a las zonas de costa protegidas. La firma catalana incluye la previsión de poder introducir ya este año 100 ejemplares a modo de prueba, para ya en 2024 pasar a una entrada de 150.000 kilos (unos 1.500 ejemplares de 100 kilos cada uno) y tener así la piscifactoría ya operativa.
El presupuesto para la construcción de la instalación supera ligeramente los 2 millones de euros con un periodo estimado de montaje de las dos jaulas de en torno a un mes.