Marcial Ucín Odriozola es uno de los pioneros en emprender en el sector acerero vasco. Este empresario gipuzkoano (Azpeitia, 1898 – 1972) amasó una gran fortuna a partir de este material, con la fundación de una acería en su pueblo y con su nombre, pero a raíz de la reconversión industrial, su legado comenzó a diversificarse, lo que ha llevado a su familia a presidir diversas empresas industriales y de logística, además de adquirir inmuebles y también bodegas.
Forjado en la herrería familiar, al contraer matrimonio con Josefa Aramendi erigió su propia herrería en un terreno alquilado y, con los beneficios, abrió su primer taller en propiedad en 1927. Unos años después fue ganando posiciones esta empresa, a la que Altos Hornos de Vizcaya suministraba materia prima que luego era transformada en maquinaria agrícola, llegando a contar con una plantilla de cerca de treinta personas.
Su hijo Pedro Ucín Aramendi creció profesionalmente en la empresa familiar y, tras la muerte del patriarca, cogió las riendas, compartiendo la dirección con su cuñado, el también empresario Jesús Guibert, casado con Elena Ucín Aramendi, que fue secuestrado por ETA en 1983 y liberado tras pagar un rescate de 200 millones de pesetas. Juntos lograron convertir esa modesta fábrica de aperos de labranza en una prometedora compañía acerera.
En 1958, la acería Marcial Ucín llegó a convertirse en Grupo Marcial Ucín S.A., con un capital social de 5.600 millones de pesetas. Sus cifras de producción rondaban los 2,5 millones de toneladas de acero líquido tras ampliarse con Corrugados Azpeitia, Corrugados Lasao y Getafe y las plantas ADA de Bayona y de Esteban Orbegozo, en Zumarraga, que en 1999 fueron vendidas a Aceralia (ArcelorMittal) a cambio de 29.000 millones de pesetas (174 millones de euros) y en 2005 pasaron a manos del Grupo Alfonso Gallardo.
Una fortuna repartida
A día de hoy, la fortuna de la familia Ucín, valorada en 300 millones de euros, se reparte entre los nietos de Marcial Ucín, que dirigen empresas como Bodegas Olarra, Algeposa Gestión Portuaria o la siderúrgica Rugui Steel -con fábricas en Gernika (Bizkaia), Ólvega (Soria) y Chicago (EEUU)-, que en 2021 tuvo que ser rescatada por 25 millones de euros.
En el sector inmobiliario están presentes a través de Antiguo Berri e Inseva. Ésta última cuenta con un patrimonio de inmuebles e inmobiliarias en Donostia-San Sebastián y alrededores, estimado en 112 millones de euros.
Los hijos de Pedro Ucín Aramendi y María Teresa Larrañaga (Marcial, Maribel, Teresa, Leopoldo, María Dolores, José, Luis, Ignacio, Mónica, Oskar, Joaquín y Cristina) comparten la sociedad familiar Calpenor, que preside Bodegas Olarra; Riberas del Urumea; Inmobiliaria Anzarán; Inversiones Sectores Varios SL; Ecología, Reciclaje y Medio Ambiente SL y AIEK Sistemak. La sociedad cuenta con un patrimonio valorado en torno a los 165 millones de euros.
Elena Ucín y Jesús Guibert tuvieron cuatro hijos. Dos de ellos, María Luisa y Rafael Ucín Guibert, han seguido la tradición empresarial. Rafael es vicepresidente de Inversiones Sectores Varios y María Luisa Guibert Ucín (Azpeitia, 1958) es CEO de Algeposa, con sede en la localidad gipuzkoana de Pasajes, que controla siete terminales marítimas en España y otra en Omán, en la península arábiga, además de diez terminales ferroviarias. Además, forma parte del consejo de las empresas de la papelera vasca Iberpapel, de la corporación financiera Alba, y de diversas empresas del conglomerado familiar, las inmobiliarias Antiguo Berri SL y Riberas del Urumea SL, la alavesa Accesorios de Tubería SA (Atusa) y la siderúrgica Rugui Steel SL.