Iberdrola generó un impacto socioeconómico en Euskadi de 2.700 millones en 2022, lo que supone un incremento del 30 % en comparación con el año anterior, según los cálculos presentados por parte de la eléctrica vasca. Además, la compañía aportó 400 millones de euros en concepto de contribución fiscal, cantidad equivalente al 2 % del PIB vasco.
A las puertas de celebrar su junta general de accionistas este viernes, en su sede social en la Torre Iberdrola de Bilbao, la eléctrica ha querido reafirmar que el territorio vasco es una de las “piezas clave” de su negocio. En este sentido, la compañía ha subrayado que sus inversiones en la CAV el año pasado fueron de 241 millones de euros. Hay que tener en cuenta que Iberdrola cuenta con una plantilla de 1.830 personas en el País Vasco y que en 2022 realizó compras a 600 proveedores del territorio, entre ellos a Ormazabal, SGRE, Ingeteam, Arteche, Mesa o Lizelan, que superaron los 1.700 millones de euros.
De esta manera, la eléctrica vasca prosigue con su plan estratégico, que incluye inversiones de 47.000 millones de euros durante el periodo 2023-2025 encaminadas a impulsar la transición energética, la creación de empleo y las emisiones netas nulas. La hoja de ruta de la compañía dejará en Euskadi 10.000 millones de euros en dicho periodo, un 15 % más con respecto al plan anterior. Esta cantidad se traducirá principalmente en inversiones, compras, salarios e ingresos fiscales, con los que Iberdrola reforzará, sin duda, su peso en la economía de Euskadi.
Más proyectos de energía renovable en Euskadi
Iberdrola tiene en cartera diversos proyectos relacionados con la generación de energía renovable dentro del territorio vasco. En Álava destinará una inversión de 70 millones de euros en el marco del proyecto Ekienea para la construcción de una planta fotovoltaica de 132 kV. Además, en estos momentos, la compañía vasca se encuentra inmersa en la tramitación de los nuevos parques eólicos de Labraza y Azaceta, en Álava, de 40 MW de potencia cada uno de ellos. Ambos acaban de obtener la declaración favorable del estudio de impacto medioambiental (DIAs).
Y través de la iniciativa Aixeindar, donde colabora con el EVE, Iberdrola está tramitando la licencia para la construcción de una instalación energética mixta en Álava, que será la primera de este tipo en Euskadi y aúna energía eólica (con la construcción de un parque eólico de 40 MW) y fotovoltaica (con la construcción de una planta fotovoltaica con 40 MW). El proyecto, que se situará en el Real Valle de Laminoria, contempla además la regeneración de la cantera de Laminoria.
Con la puesta en marcha de estos proyectos, Iberdrola espera involucrar a más de 470 profesionales en periodos punta. Con su puesta en marcha podría generarse energía limpia para una población equivalente a 107.000 hogares y evitar la emisión a la atmósfera de más de 50.000 toneladas de CO2 al año.
Por otra parte, la compañía vasca ha firmado un contrato de más de 250 millones con Haizea Wind Group para el suministro de 50 monopilotes para el parque eólico marino East Anglia Three, en Reino Unido. El proyecto está desarrollado por la filial británica de la eléctrica Scottish Power y los componentes saldrán del Puerto de Bilbao. Este acuerdo supondrá la creación de unos 350 puestos de trabajo directos.
Iniciativas de I+D+i
Además de apostar por la energía verde, Iberdrola centra sus esfuerzos en la innovación. En octubre de 2021 inauguró, con la Diputación Foral de Bizkaia, su Global Smart Grids Innovation Hub en su sede de Larraskitu, que se ha convertido en punto de encuentro de proveedores, colaboradores y startups para, entre otros menesteres, colaborar en proyectos para la digitalización de redes, la integración de renovables, el despliegue del vehículo eléctrico o desarrollar sistemas de almacenamiento de energía. Hoy son ya más de 90 las empresas, instituciones y universidades que participan.
Por otro lado, a través de Perseo, su programa internacional de apoyo a startups puesto en marcha en 2008, Iberdrola ha invertido más de 100 millones de euros en empresas incipientes que desarrollan tecnologías y modelos de negocio innovadores, poniendo el foco en aquellas que permitan mejorar la sostenibilidad del sector energético mediante una mayor electrificación y descarbonización de la economía. Un ejemplo de ello es su participación, junto a Gobierno Vasco, CIE Automotive, Enagás, EIT InnoEnergy y CIC energiGUNE, como socio inversor en BasqueVolt, empresa dedicada al almacenamiento de energía con baterías de estado sólido.
Por último, en 2022, la eléctrica vasca puso en marcha las dos primeras baterías de almacenamiento eólico del país en los parques eólicos de Oiz, en Bizkaia, y Elgea-Urkilla, en Álava, para maximizar la producción de energía renovable.