Vidrala es una de las empresas vascas más prometedoras de la Bolsa. El aumento de la demanda de envases de vidrio frente al plástico como hábito de consumo sostenible y un abanico de competidores más bien corto colocan a la firma alavesa en una buena posición para crecer. La compañía de los Delclaux acaba de hecho de saltar a América con la entrada en la brasileña Vidroporto dando comienzo a su aventura fuera de Europa.
En lo que va de año Vidrala ha logrado aumentar ventas en sus mercados internacionales un 27%, más del doble del crecimiento a nivel doméstico. Con el foco principalmente en Europa, salvo esa excepción de la reciente adquisición de Vidroporto, el negocio en el mercado nacional supone alrededor de un tercio de la facturación del fabricante de botellas de vidrio, que cuenta con ocho plantas en España, Portugal, Reino Unido e Italia. El cuanto al resto de las ventas, se reparten entre los principales países del continente: Portugal, Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Reino Unido e Irlanda.
En total la firma con sede en Llodio ha rozado los 800 millones de euros en ventas en los seis primeros meses del año (795 millones), un 22% más que en 2022, con unos beneficios de 128 millones que suponen más que duplicar el resultado de la primera mitad del pasado año. La propia compañía señalaba en su información a la CNMV que espera que la buena dinámica continúe todo el ejercicio.
Es clave en ese sentido la normalización de los precios del gas, un factor vital para una industria de alto consumo energético y con una producción prácticamente continua. Vidrala fue una de las empresas que más sufrió el año pasado cuando la factura se disparó tras la guerra de Ucrania: con las máquinas a pleno rendimiento y el volumen de ventas por las nubes el gas se comía los márgenes.
La energía da un respiro
El nuevo escenario de costes energéticos más suaves está dando alas al histórico fabricante de vidrio, que acaba de realizar una importante inversión en un horno en Portugal para ganar eficiencia y prepara también una vuelta de tuerca a su capacidad productiva en España. La demanda se disparó una vez finalizadas las restricciones sanitarias por la pandemia en la hostelería y desde entonces el mercado no ha dejado de transmitir un gran apetito por el vidrio.
Vidrala divide su estructura en Europa en tres frentes principales, por un lado la península ibérica (junto a otros mercados de menor relevancia supone en torno a dos terceras partes del negocio) y por otro sus dos filiales de Italia y Reino Unido e Irlanda. De estas últimas es la división británica Encirc la que más está creciendo. Con una inversión de 30 millones de euros, Vidrala daba un salto de calidad a finales del año pasado en Reino Unido al comprar las instalaciones de embotellado y su ecosistema logístico de Accolade Wines en Bristol (la multinacional australiana es uno de los principales productores de vino del mundo).
Además, en los últimos meses la compañía alavesa ha puesto el broche a la expansión internacional colocando un primer pie en el mercado suramericano, en concreto a través de una participación cercana al 30% en Vidroporto, una operación que en principio se extenderá más adelante hasta el 100% del capital de la firma brasileña.
La aportación en este primer semestre a la cuenta de resultados correspondiente a ese tercio de la brasileña es limitada aunque el país latinoamericano presenta un gran potencial de crecimiento en los próximos años. Sobre todo una vez el control de la compañía sea total Brasil será sin duda un mercado de referencia para Vidrala, incluso por encima del que tienen algunos países europeos. Vidroporto es proveedora de algunas de las principales marcas de cerveza y refrescos que operan en el país.