Juan Carlos Ramírez se ha erigido como uno de los salvadores del fútbol alicantino durante los últimos años. El empresario, nacido en Euskadi pero afincado desde hace más de 20 años en la Comunidad Valenciana, es uno de los grandes magnates de la zona sureste del país, siendo propietario de la compañía Kuntajara SLU desde el año 2000 y de diversos concesionarios de coches del mediterráneo, tales como Toyota o Lexus. Un gestor que le ha permitido declarar en el último ejercicio unas ganancias superiores a los 10 millones de euros, algo habitual desde hace más de una década.
Su pasión por el fútbol le llevó a darse a conocer públicamente en el año 2009 con su llegada al Elche CF, llegando a ser vicepresidente y consejero delegado después de ofrecerse a pagar una deuda millonaria que arrastraba el conjunto ilicitano desde hace varios años. Su presencia permitió que el equipo tuviera un buen rendimiento deportivo, llegando a rozar los puestos de ascenso a Primera División durante sus dos primeros años en la junta directiva. En su tercer y último curso, decidió abandonar el proyecto tras sufrir ciertas discrepancias con algunos miembros del club. Denunció al Elche tres años después, en 2014, reclamando una deuda pendiente de más de un millón de euros.
Durante la última década obtuvo beneficios de entre 16 y 19 millones de euros con sus concesionarios
Mientras tanto, compaginaba su trayectoria deportiva en los despachos con sus negocios inmobiliarios y de automóviles. Es dueño de varios concesarionarios de coches de la marca Toyota y Lexus tanto en la provincia de Alicante como de Palma de Mallorca y durante la última década obtuvo beneficios de entre 16 y 19 millones de euros. Ingresos que le permitieron volver a intentarlo en el mundo del fútbol en 2015 con la adquisición del rival más histórico del Elche CF, el Hércules. Al igual que en el cuadro ilicitano, Ramírez se encargó de la deuda económica, superior a los 4 millones de euros. El equipo se encontraba al borde de la liquidación.
Sin fortuna en lo deportivo
Con el cuadro alicantino luchando por volver a Segunda División, en 2019 llegó el punto más destacado de Juan Carlos Ramírez como empresario. Tuvo un arranque de año muy rentable, gracias a la venta de los concesionarios de la marca Toyota a un grupo riojano. Una operación que disparó los beneficios de su sociedad Kuntajara, el holding con el que el también fue accionista de referencia del Hércules. Declaró unas ganancias de casi 10,4 millones de euros en su último ejercicio. En solo un trimestre, Ramírez ganó más del doble que en todo el ejercicio anterior, cuando Kuntajara obtuvo unas ganancias consolidadas de 4,7 millones de euros. Ésto le permitió hacerse con la concesión del centro de ocio de Panoramis, en el Puerto de Alicante, por valor de 900.000 euros. Es uno de los espacios más destacados de la ciudad, ya que incluye un espacio de cine y también de locales de ropa y de alimentos.
En solo un trimestre en 2019, Ramírez ganó más del doble que en todo el ejercicio anterior, cuando Kuntajara obtuvo unas ganancias consolidadas de 4,7 millones de euros
Su buen hacer en el mundo empresarial no fue de la mano con el Hércules. "Necesitamos ascender, sino no se podrá sacar un beneficio positivo a lo que ofrecí en su momento", declaró el vasco meses antes de que, finalmente, decidiera dimitir como presidente y dejar de lado su papel como accionista principal del club hasta el punto de desvincularse definitivamente en 2021. No estaba convencido de si realmente el fútbol podía ofrecerle beneficios. "Veremos qué nos depara más adelante, por ahora no estoy pensando en invertir en otro equipo", dijo una vez que se despidió del club.
Última opción en Alcoy
Tras un año ausente de los medios de comunicación y de los focos locales, el nombre de Juan Carlos Ramírez irrumpió con fuerza para hacerse cargo del Club Deportivo Alcoyano de la 1ªRFEF, la tercera división del fútbol español. Una vez solucionadas sus deudas económicas con el Elche y con el Hércules, el vasco aterrizó el Alcoy en mayo del 2022 para "salvar al equipo de esta ciudad maravillosa". Pagó 700.000 euros para hacerse con el control del club y evitó el descenso administrativo de una entidad nacionalmente reconocida por su última gesta: el triunfo copero ante el Real Madrid en enero del 2021.
"He llegado a Alcoy para salvar al equipo de esta ciudad maravillosa"
A día de hoy, se encuentra "feliz" en el club, con el que deben ir "paso a paso" tanto en lo económico como en lo deportivo. El Alcoyano lucha a día de hoy por evitar el descenso y consolidarse una temporada más en la categoría de bronce del fútbol español. En lo empresarial, mantiene el centro de ocio Panoramis, varios concesarios de Lexus y de Toyota, y controla algunas promotoras y establecimientos de hostelería. En el último ejercicio ha registrado unas ganancias superiores a los 10 millones de euros.