Iberdrola sufrió entre el 5 y el 7 de mayo un ciberataque a uno de sus servidores informáticos que dejó expuestos los datos de alrededor de 600.000 clientes y otros 250.000 de Curenergía, su comercializador de último recurso que opera en el mercado regulado. Desde la empresa explican que la información extraída “no es sensible” y no incluye datos de carácter financiero.
Después de detectar este incidente, la compañía dio parte “inmediatamente” a la Agencia Española de Protección de Datos y a las fuerzas de seguridad. Remitió asimismo cartas a los clientes afectados, gracias a las que hoy ha trascendido la información.
Los datos extraídos se refieren al nombre, apellidos, número de DNI y contactos de los clientes. Desde la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán aseguran a sus clientes que cerca de 400 personas trabajan para evitar este tipo de ataques, que se han incrementado desde la invasión de Ucrania.
Asimismo, en su correo a los clientes, la compañía con sede en Euskadi recuerda que "ni Iberdrola ni ninguna otra empresa del grupo" solicitará a sus clientes estos datos por medio de correos electrónicos de dudosa procedencia. Además, piden que no abran enlaces de esta clase de correos, así como de mensajes de telefonía móvil y de mensajería instantánea a no ser que estén plenamente seguros de su procedencia.
Otros casos
Los ataques informáticos a grandes compañías en España están a la orden del día. El pasado martes Telefónica reconoció que investiga la potencial sustracción y filtración de datos de cerca de 120.000 usuarios y trabajadores de la empresa.
Hace unas semanas, el Banco Santander también informó de un "acceso no autorizado" a una base de datos de la entidad financiera alojada en un proveedor que afectó a clientes de España, Chile y Uruguay, así como a todos los empleados y a algunos exempleados del grupo.
La cifra total de ciberataques sufridos en España ha descendido un 80% en cuatro años según los datos analizados por Pandora FMS en el histórico de Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad), aunque sectores como el bancario y el transporte siguen acumulando el 25% de los casos.