La guipuzcoana Scott & Irwin salió al mercado este enero y en solo seis meses ha conseguido cosechar la confianza de los amantes de las experiencias virtuales más hiperrealistas, haciendo que sus beneficios se disparen y logrando facturar el triple de lo que tenían planeado facturar este primer año de vida. 

Nació hace poco más de un año fruto de una necesidad, de un nicho, y es que tal y como confiesa Iban Lozano, uno de sus seis promotores y CEO de la compañía, este grupo de conocidos detectó que “en el mundo de las experiencias digitales había elementos que todavía faltaban”. Tardaron menos de un año en salir al mercado con la intención de materializar los elementos que faltaban en el mundo virtual, y hacerlo de manera rápida y económica para el cliente, y en sus cinco primeros meses de vida han conseguido una aceptación “mucho más alta de la que creían”, pasar de dos desarrolladores a catorce con los que cuentan en estos momentos, conseguir partenariados con empresas de Madrid, Nueva York y Londres y, como resultado de este crecimiento prevén cerrar el año con una facturación de un millón de euros. 

Su trabajo no es fácil de entender para una persona ajena al mundo virtual, por eso Lozano se toma un tiempo para explicar a Crónica Vasca en qué consisten las funciones de esta startup: “Transformamos el mundo físico, real, en un mundo digital y lo llevamos a diferentes plataformas, intentando convertirlo en una experiencia inmersiva muy potente; lo que nosotros llamamos una experiencia ‘waoh’, que es la expresión que queremos que nuestros clientes tengan cuando vean nuestro producto”. Lo hacen bajo la filosofía ‘plug and play’, “enchufar y jugar”, de manera que la experiencia interactiva sea fácil para el cliente. 

Con más de un 60% de su producción siendo exportada, están ya presentes en Reino Unido, Emiratos Árabes, Canadá, EEUU, donde, “y aunque no descartamos dar el salto a Francia”- quieren empezar a penetrar con mayor intensidad, porque su objetivo no pasa por ampliar mercado, sino por potenciar aquellos en los que ya están presentes”.

Instalación de Scott & Irwin en Toronto

Referentes en la F1 Exhibition

Uno de los grandes impulsos que ha hecho crecer a esta firma vasca ha sido, y es, su presencia en la F1 Exhibition, donde han montado tres unidades interactivas con solo 10 semanas de plazo para su desarrollo, “y esto supone digitalizar un coche en su totalidad, con la complejidad técnica y exigencia que conlleva hacerlo en un coche de fórmula 1”. 

Una de las partes de estos vehículos que más dificultad conllevó fue el diseño del volante, por su cantidad de botones: “Lo que nosotros hemos conseguido es que la gente pueda tocarlos directamente y descubrir para qué sirven”, asegura Lozano. 

Si bien estas unidades despertaron gran interés por parte de los visitantes, sin duda fue su juego de reacción la gran ‘joya de la corona’, por el que han pasado más de 40.000 visitantes. “Uno de los momentos más importantes que tienen la carreras es cuando el semáforo cambia de color de rojo a verde, ya que los pilotos tienen que tener una rápida capacidad de reacción. Lo que nosotros hemos conseguido es simular esta acción para que los amantes de la F1 sientan lo mismo que los pilotos profesionales”, confiesa. 

Modelo digitalizado por Scott & Irwin

Su participación con Mercedes

La startup también estuvo presente en la visita de Pedro Sánchez a la planta de Mercedes Vitoria con motivo de la inversión de 1.000 millones de euros de la compañía a la fábrica vasca. Para esa celebración, detalla, “desde Mercedes querían algo especial, así que nosotros elaboramos una reproducción 3D de la planta de Vitoria con una barra del tiempo para que se pudiese ver como iba a quedar esta tras la inversión y la ampliación”. 

Además, han trabajado con la compañía alemana en el diseño virtual de algunos coches. Sin embargo, esta no es la única marca de automóviles que se ha interesado por el trabajo de esta startup vasca, insiste Lozano, y es que “hemos estado con dos marcas diferentes para ver si futuros coches se pueden presentar de esa manera. Es decir, digitalizar coches que están todavía en proceso de desarrollo para presentar a clientes, o a las propias fábricas que más tarde tendrán que producirlos”. 

Algo parecido hicieron en Emiratos Árabes, donde digitalizaron un Aston Martin, lo gamificaron de manera que a través de una silla te permitían teletransportarte al circuito de Yas Marina, experimentando la sensación que sienten los pilotos profesionales cuando conducen por esa pista. 

A largo plazo, quieren potenciar su tecnología, “una tecnología que en el mercado no existía hasta ahora”, a todos los ámbitos posibles como el aeroespacial o el humano, algo que aunque no sería tan fácil porque no es una experiencia plug and play lo están desarrollando, y es que recuerda: “Todo lo físico se puede transformar a lo digital y rae una experiencia interactiva”.