La dirección de Aludium y el comité de la planta de Amorebieta, antigua Alcoa, han dado comienzo a las negociaciones del nuevo convenio para la plantilla, que terminó el año pasado. Fue en 2023 cuando se hizo con las riendas del fabricante de aluminio la estadounidense Jupiter, que ha mantenido en líneas generales la estructura del grupo con la factoría vizcaína como eje principal del negocio.
La empresa de Estados Unidos ya había comprado antes de la pandemia el grupo Baux, con instalaciones en Valencia y Albacete, dando ahora un paso al frente en el mercado del aluminio en Europa a través de la adquisición de Aludium, conglomerado integrado por dos antiguas fábricas de Alcoa en España (Amorebieta y Alicante) y una tercera en Francia (Castelsarrassin). Los tres centros fueron comprados por Atlas Holdings a finales de 2014 mientras que el resto de Alcoa siguió su propio camino.
Concluida la etapa de Atlas Holdings, Aludium ha vivido estos últimos meses una transición ordenada en la que los nuevos propietarios han querido mantener equipos directivos y preservar la esencia de un negocio que venía funcionando relativamente bien. El cambio de manos no ha supuesto ningún drama para la fábrica vasca, más bien al contrario. El nuevo perímetro de Jupiter en Europa se ha organizado en torno al centro productivo de Amorebieta, el de mayor tamaño con algo más de medio millar de trabajadores.
Especializada en aluminios de alta calidad para mercados como la alimentación, la automoción o la construcción, la planta vizcaína es el corazón de un grupo industrial con vocación de crecer en Europa y que en norteamérica dispone de otros dos centros productivos más dedicados al reciclaje, laminación y pintura. En cuanto a Alicante, la compañía tenía previstas ya inversiones antes de la venta en nuevos hornos que siguen adelante y disponen ya de los permisos del Consell valenciano.
Inicio de negociaciones
Aunque con cierto retraso, el centro de Amorebieta ha celebrado ya una primera reunión a modo de toma de contacto para empezar a hablar de la renovación del último convenio, con vigencia para 2022 y 2023. Aunque el grupo con sede en EEUU ya ha declarado su intención de mantener empleo y condiciones laborales, las negociaciones son un punto de inflexión relevante en las relaciones entre el nuevo propietario y la plantilla.
En línea con el resto del sector, la fábrica ha vivido un inicio de 2024 delicado condicionado por una menor demanda en general de productos de aluminio, algo muy similar a lo que está ocurriendo con el acero, aunque el mercado comienza a remontar. En ese sentido, la compañía ha retirado el ERTE, que se ha aplicado con cuentagotas, señal de que los pedidos vuelven a recuperar niveles suficientes como para mantener la actividad con normalidad en la factoría vizcaína. Como otros sectores la firma afronta una transformación de su gama de productos hacia aluminios bajos en emisiones y recientemente entregaba su primera bobina Eco para construcción.