Antón Arriola proclamó el fin de la era de las desinversiones de Kutxabank al poco de alcanzar la presidencia del banco. En una visita a Petronor, una de sus principales participadas, Arriola remarcó tres meses depués de acceder al cargo el "compromiso" de la entidad con ese abanico de compañías de las que es accionista y descartó nuevas ventas.

La última de las salidas relevantes habría sido por tanto la de Ibermática, consumada a finales de 2022, justo antes de que se materializara el relevo de Gregorio Villalabeitia en la presidencia. Esa última venta junto al resto de socios de Ibermática a la sevillana Ayesa supuso unos ingresos de 21,6 millones de euros para Kutxabank, tal y como se recoge en la última memoria del grupo, a cambio del traspaso de cerca del 15% de las acciones con que contaba la entidad en la tecnológica y que tenía valoradas bastante por debajo del precio al que se cerró el intercambio.

De la parte correspondiente al banco se puede deducir que Ayesa habría comprado Ibermática por un precio global ligeramente por debajo de los 150 millones de euros, un precio que no parece elevado si se tiene en cuenta que la empresa informática facturaba ya en ese momento por encima de los 250 millones anuales. La absorción permitió a la sevillana encabezada por José Luis Manzanares impulsar su negocio ya en 2022 a casi 650 millones de euros que pasaron a ser más de 700 el pasado ejercicio.

Antón Arriola con al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en la inauguración de la nueva sede de Kutxabank en Madrid

Reducir participaciones

Antes Kutxabank había acometido dos ventas más para reducir su participación en Ibermática heredada de la guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital. Primero, poco después de la fusión de las tres cajas vascas, el equipo de Mario Fernández vende una participación corta a la ONCE, un 4%, para reducir el peso del banco por debajo del 50%, quedando el mismo cerca del 48%. La pérdida de la posición de control en la firma guipuzcoana buscaba evitar impactos negativos en el balance en línea con las nuevas reglas bancarias de Basilea III para evitar nuevos colapsos financieros.

Sería a finales de 2013 cuando llegaría el movimiento más significativo al desembarcar el fondo ProA Capital en Ibermática además con más del 50% del capital, lo que permitió a Kutxabank vender otro 33% para rebajar a ese porcentaje mínimo con el que llegó al encuentro con Ayesa. De esa operación el banco obtuvo cerca de 20 millones de euros, a sumar otros 2 millones más en la venta previa a ONCE. De esta forma el saldo obtenido en una década por la entidad vasca con el traspaso de acciones de Ibermática superaría los 43 millones de euros en total. 

El CEO de Ayesa, José Luis Manzanares

La 'millonada' de Euskaltel

No es un impacto relevante en las cuentas de un grupo bancario de este tamaño, que ha enfocado este proceso de desinversiones en empresas más como una necesidad estratégica que como una forma de hacer caja. Y eso que en el caso de la venta de su parte en Euskaltel, poco antes de cerrar su salida de Ibermática, Kutxabank recibió una inyección bastante más relevante económicamente, casi 400 millones de euros, al pasar la 'teleco' naranja a manos de MásMóvil.

El proceso de desinversión deja en estos momentos una cartera de participadas en la que destacan cuatro compañías: Ingeteam, Petronor, CAF (en la que es segundo accionista por detrás de un fondo de los propios trabajadores) e Iberdrola, en este último caso ya con una parte inferior al 2%. A esto habría que sumar otras inversiones de sus propietarias, las fundaciones BBK, Vital y Kutxa, que están en disposición de diseñar un plan más ambicioso en ese sentido gracias al mayor dividendo por el buen momento que atraviesa el negocio bancario, así como proyectos conjuntos como el fondo Ekarpen compartido con Gobierno vasco, diputaciones y Grupo Mondragon.

Oficina de Kutxabank / EP

En pleno debate sobre cómo articular mecanismos para mantener la sede y los centros de decisión de las grandes empresas en Euskadi, el nuevo Gobierno de Imanol Pradales parece dispuesto a impulsar un gran fondo mixto sumando fondos públicos y privados que de alguna manera puede devolver protagonismo al banco como sostén financiero para consolidar proyectos industriales en Euskadi.

De lo establecido en el programa de gobierno negociado por PNV y PSE se deduce que se tratará de implicar a los grandes actores de la banca vasca como Kutxabank en esa iniciativa. Una posibilidad que tiene aun más sentido tras el nombramiento para encabezar el área de Hacienda bajo el mando de Pradales de Noël d'Anjou, hasta ahora un alto directivo de la entidad de Arriola.

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