El último informe de Confebask revela un aumento significativo del porcentaje de empresas innovadoras en el País Vasco, creciendo 6,4% en comparación con 2018. Este crecimiento se ha observado en todas las categorías de tamaño de empresas, a excepción de las más grandes, que han experimentado una ligera disminución del 5,5%.

En 2022, las empresas con más de 100 empleados invirtieron una media de 7.089 euros por empleado en innovación, demostrando una inversión sustancial en comparación con las medianas empresas (50 a 99 empleados) que invirtieron 3.208 euros por empleado, las pequeñas (10 a 49 empleados) con 2.497 euros, y las microempresas (0 a 9 empleados) que destinaron 1.526 euros por empleado.

Este incremento en la innovación ha sido especialmente pronunciado en las empresas medianas, con un aumento del 8,3% en actividades innovadoras. Las pequeñas empresas también han mostrado un crecimiento notable del 7,2%, seguidas de las microempresas con un 6,3%.

Actualmente, el 24,2% de las empresas vascas están comprometidas con la innovación, aunque existen diferencias marcadas según el tamaño de la empresa. Las grandes empresas lideran con un 54,5% de actividad innovadora, mientras que las medianas alcanzan el 50%, las pequeñas el 34,8% y las microempresas el 22,8%.

En cuanto a la innovación de productos, las grandes empresas son las más activas, con un 36,4% participando en este tipo de innovación, en comparación con solo el 10,4% de las microempresas. Similarmente, el 45,5% de las grandes empresas innovan en procesos, frente al 20,5% de las microempresas.

El boletín de Confebask también incluye informes relevantes como el 'Informe Letta' de la Comisión Europea, el análisis del Banco de España sobre los desafíos estructurales de la economía española, y el estudio del Instituto Español de Analistas sobre el reto del tamaño empresarial en España. Estos informes subrayan la necesidad de fomentar el crecimiento empresarial y simplificar las regulaciones que limitan este crecimiento.

El crecimiento en la innovación empresarial en Euskadi, impulsado por las pequeñas y medianas empresas, refleja un cambio positivo en la estructura empresarial de la región, destacando su capacidad de adaptación y competitividad en un entorno económico dinámico.