La construcción naval, sector en el que llevan trabajando desde sus orígenes en 1953 como Nervión Naval, representa a día de hoy para WindWaves una cuarta parte de la facturación total de esta filial del grupo Amper, que por sí sola rozará los 100 millones de euros este ejercicio según sus previsiones.
Con la vista puesta en la evolución de esta histórica industria, WindWaves apuesta por "continuar con la parte militar, que es estratégica para nosotros”, según subraya su director general, Roberto Bouzas, quien pone en valor su experiencia en importantes encargos, como la formación de grupos de combate para la Armada Española o la construcción de buques para Noruega y Australia, y destaca que entre sus principales clientes destacan nombres como Navantia, Armon o Freire.
Pero además, la firma de origen vasco, consolidada en la construcción de rastreros de acero tradicional, se ha especializado en la construcción de ferris de aluminio. En este nuevo ámbito trabajan con Baleària, la conocida firma de cruceros con sede en Denia, Alicante, presidida por Adolfo Utor, que ha mostrado su interés en incorporar en su flota estas innovadoras embarcaciones en su esfuerzo por seguir avanzando en materia de sostenibilidad.
Baleària Eurolíneas Marítimas, S.A., que se dedica al transporte marítimo de pasaje, vehículos y mercancías, une diariamente las islas Baleares con la Península a través de los puertos de Barcelona, Valencia y Denia, y es la única compañía del sector que tiene conexiones interinsulares en las cuatro islas del archipiélago, además de conectar Ceuta y Melilla con puertos peninsulares y Canarias con la península. En el ámbito internacional, ofrece servicios en Marruecos y Argelia y conecta los Estados Unidos con las Bahamas.
126 millones de euros
Hace unos días, el pasado 5 de julio, Baleària botaba el Margarita Salas, que sigue el camino marcado por el Eleanor Roosevelt en 2020, el primer fast ferry del mundo para pasajeros y carga propulsado por un motor dual de combustión interna a gas natural.
Fue en 2020 cuando esta naviera adquirió sus seis primeros buques de gas natural para iniciarse en la utilización de este combustible capaz de reducir las emisiones contaminantes y en la actualidad trabaja para alcanzar el objetivo de 0 emisiones mediante proyectos de energía renovable y la generación de gases renovables como el hidrógeno verde y el biometano.
Para la construcción del segundo ‘fast ferry’ del mundo con motores duales a gas, que acaba de entrar en funcionamiento hace sólo unos días, Baleària ha invertido 126 millones de euros, parte de los cuales han sido financiados a través del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia (MRR) mediante los Fondos Next Generation de la Unión Europea.
Fabricado totalmente en aluminio, el Margarita Salas garantiza un importante ahorro en combustible y en emisiones de CO2, explica Bouzas, quien explica a Crónica Vasca que se trata de un material con mucho futuro en la industria naval.
"El primer modelo se fabricó en Australia y es muy útil para todo tipo de embarcaciones de transporte de pasajeros, el aluminio es muy interesante, porque al reducir su peso ofrece menor resistencia al viento, lo que se traduce en menor consumo energético y menos emisiones”, indica.
En la construcción de este catamarán se han utilizado más de 1.200 toneladas de aluminio, un material que, como ventaja, ofrece una reducción del peso y, por tanto, una disminución en el consumo de combustible. Asimismo, es altamente reciclable, lo que facilita su reutilización al final de la vida útil del buque.
Este proyecto ha contado con la financiación de CaixaBank y con la colaboración de firmas internacionales, como Wärstilä, Incat Crowther, Bureau Veritas o Marintek-Sintef, y también nacionales, entre ellas Cotenaval, Oliver Design y Jorge Belloch.
Más potencia y maniobrabilidad
El Margarita Salas ha sido armado en los astilleros Armon de Gijón en un proceso en el que han participado de forma directa más de 220 trabajadores durante alrededor de dos años y medio.
Según advierten desde Baleària, este nuevo buque, que mide 123 metros de eslora y 28 de manga y tiene una capacidad para 1.200 pasajeros y 425 vehículos, “mejora las prestaciones”, tanto tecnológicas como de confortabilidad, con respecto al primero de la serie, el Eleanor Roosevelt.
Así, el Margarita Salas está dotado de dos tanques de gas natural licuado, lo que le confiere una autonomía para unas 400 millas navegando a gas y una autonomía total de 1.000 millas. En su equipamiento destacan los cuatro motores duales a gas natural, que le permiten alcanzar una velocidad de servicio de 35 nudos, un 10% más de potencia respecto al primer buque de la serie. Además, se han incorporado hélices laterales de proa para mejorar su maniobrabilidad durante las operaciones de atraque y salida en puerto.
Los propios pasajeros también podrán disfrutar de espacios interiores más amplios y luminosos que en su antecesor. Dispone de una segunda cubierta para el pasaje y de una amplia terraza exterior, además de servicios como cafetería, tienda, zona infantil con juegos digitales interactivos o zona de mascotas aclimatada y con videovigilancia.
“Hemos optimizado la navegabilidad, la potencia y el confort en función de la experiencia que nos ha dado la operativa diaria de su antecesor durante tres años. Estas mejoras se suman a las características ya consolidadas del Eleanor Roosevelt, un barco con unos índices de satisfacción de los pasajeros excelentes, que estamos seguros que el Margarita Salas también alcanzará”, ha destacado el presidente de Baleària, Adolfo Utor.