Pello Rodríguez Zabaleta es formalmente desde el pasado 1 de agosto el máximo responsable de la Corporación Mondragon (MCC). Líder indiscutible en el tejido empresarial de Euskadi, no es ningún secreto que el grupo con 'capital' en el municipio guipuzcoano ha vivido épocas mejores. El recambio de Iñigo Ucín por Rodríguez Zabaleta y el nuevo plan estratégico hasta 2028 que acompaña la llegada del de Urretxu puede ser una buena ocasión para decir adiós a los sinsabores.
Aunque sería injusto hacer una radiografía de lo que supone Mondragon para Euskadi y quedarse únicamente con los nombres que han copado los titulares en clave negativa en los últimos años de la prensa vasca y la nacional (está en el top 10 de grandes grupos industriales de España y es una de las referencias a nivel cooperativo). Lo cierto es que el todo ha demostrado ser mucho más que sus partes y ha logrado salir adelante tras las salidas, en dos tantas, primero de Irizar y Ampo y, a finales de 2022, de Orona y Ulma. En clave de marca, los proyectos asociados a Fagor en diversos sectores han sabido también sobrevivir al desplome de la que era su gran referencia, Fagor Electrodomésticos.
Los últimos desaires evidentemente pasan factura a las cifras globales del grupo, empeñado en sostener un perfil industrial que es clave para el conjunto de la economía vasca. Según los informes de la propia Corporación Mondragon, a cierre de 2020 sus cooperativas sumaban 35.100 trabajadores en Euskadi, unos 4.800 más que los de ejercicio pasado (30.300). A nivel global el consorcio pasa de casi 80.000 a 70.500 personas (unas 60.000 en España), es decir, algo menos de la mitad del ajuste se corresponde con centros de trabajo del País Vasco.
Con todo, dada la magnitud de algunas de las cooperativas el 'roto' causado principalmente por Orona y Ulma tiene un impacto en conjunto relativamente asumible. Mondragon sigue concentrando el 3% del millón de afiliados a la Seguridad Social con que cerró Euskadi 2023, apenas unas décimas menos que con Ulma y Orona (en 2020 el porcentaje de todo el empleo era del 3,8%). Por poner el dato en relación al segundo motor económico, la fábrica de Mercedes Vitoria, esta supondría en números gruesos y contando solo con el empleo directo el 0,5% de todos los trabajadores vascos.
El 'suelo' del 3%
No hubo en ese sentido grandes variaciones en el peso de Mondragon en el mercado laboral vasco en el tramo que va desde la caída de Fagor Electrodomésticos en 2013 al año de la pandemia de covid, manteniéndose la aportación en esa horquilla entre el 3,5 y el 3,8%. Es cierto que la tasa toca suelo ahora aunque partiendo de las previsiones de crecimiento de los pilares del grupo hay bases para pensar que la cifra se irá recuperando en el nuevo mandato de Rodríguez Zabaleta.
Echando la vista atrás, la relevancia de Mondragon para el conjunto del mercado laboral se dispara en la parte final del pasado siglo y el comienzo de los años 2000. Según un estudio de Antonio Cancelo, presidente de MCC en aquella época, recogido por Eusko Ikaskuntza, las 112 cooperativas enroladas en 1999 bajo la órbita de la iniciativa del padre Arizmendiarreta estaban ya por encima de los 47.000 trabajadores. Eso suponía, teniendo en cuenta el volumen total de empleo de esa época, superar el 5% de todo el mercado de trabajo.
De vuelta al presente, el casi centenar de compañías englobadas ahora bajo el paraguas de MCC anotaron en 2023 unas ventas crecientes de más de 11.000 millones de euros con buena dinámica para el emblema vasco de la distribución, Eroski, que concentra casi la mitad de esa facturación global. 2024 es un punto de inflexión a nivel de gobierno corporativo que traerá, además de nuevas caras al frente de la gestión, un nuevo plan estratégico global para cuatro años que tiene mucho de empresarial, con la apertura a nuevos negocios emergentes de perfil innovador, pero también su parte de refuerzo de los valores sobre los que pivota el modelo cooperativo con el objetivo de cerrar filas y evitar nuevas fugas.