El nuevo ERE que ha puesto en marcha Siemens Gamesa se centrará de momento en las oficinas, con lo que las 430 salidas previstas afectarán principalmente a Zamudio, Pamplona y Madrid. La decisión sobre el futuro de las fábricas españolas, entre ellas Mungia y Asteasu, se tomará más adelante en función de cómo reciban los clientes el regreso al escaparate de la turbina 4X.
La sombra del ERTE planea sobre las factorías, eso es un hecho, a medida que se agota la carga de trabajo acumulada por pedidos anteriores a la interrupción de la producción. En Euskadi sobre todo preocupa el futuro de Asteasu, con casi 200 operarios y que fabrica componentes para el 'corazón' del aerogenerador, mientras que Mungia, con medio centenar de trabajadores, se dedica a labores de reparación.
La factoría del municipio guipuzcoano ya estuvo en ERTE en 2023, una medida muy protestada por el comité que encabeza LAB. Este sindicato anunció precisamente un acuerdo con la dirección de Gamesa en 2022, en el marco de un fuerte ajuste de plantilla en el grupo, para conservar el empleo en la fábrica guipuzcoana. Era una medida que buscaba también preservar los puestos de trabajo en caso de una posible venta de las fábricas españolas que finalmente no se ha llevado a cabo.
Mesa de empleo
De esta forma, el futuro de las fábricas de Siemens Gamesa en España no se abordará este martes sino que se irá evaluando la situación de la carga de trabajo en función de cómo se vaya recuperando la actividad a medida que entren nuevos pedidos ahora que la 4X vuelve al mercado, sin descartarse el recurso del ERTE en los próximos meses.
En la cita de este martes entre dirección y sindicatos (CCOO, UGT y ELA) se abordarán propuestas para activar esas 430 salidas programadas en las oficinas en España dentro de un ERE de más de 4.000 personas en todo el grupo. "Queremos un plan industrial. No podemos acordar otro ERE sin solucionar los problemas que tiene la empresa", se indica desde el comité de la eólica, que apostará en línea con procesos similares por atajar la situación con recolocaciones en otros puestos que puedan quedar vacantes o, en el peor de los casos, con salidas voluntarias.
En ese sentido desde la parte sindical se denuncia que la compañía ha hecho contrataciones en los últimos meses para incorporar nuevo personal, lo que no encaja con la decisión de poner en marcha un ERE.