Podría decirse a trazo muy grueso que ABE Capital Partners es una especie de 'hermano menor' de Finkatuz. Si este segundo fondo completamente controlado por el Gobierno vasco a través del Instituto Vasco de Finanzas se instauró en la etapa de Iñigo Urkullu para tratar de influir en los grandes tractores de la economía vasca como CAF o ITP Aero, el objetivo de ABE sería, en alianza con inversores privados, ayudar a crecer a pymes con proyección.
Este vehículo de inversión fue impulsado en los años anteriores a la pandemia de covid desde los despachos económicos de Lakua encabezados entonces por Arantxa Tapia y Pedro Azpiazu. Un movimiento, como el de Finkatuz, enmarcado en la apuesta del gabinete de Urkullu y sostenido ahora por Imanol Pradales de configurar un ecosistema financiero más potente que dé garantías a aquellas empresas que busquen crecer sin necesidad de recurrir al capital extranjero.
En ese camino se alumbró, en la prórroga de la legislatura pasada, el llamado Basquefik, un nuevo clúster que aglutinará a bancos e inversores públicos y privados para trazar una única estrategia enfocada a mantener el arraigo de las empresas vascas.
El nuevo Ejecutivo de Pradales deberá alimentar y consolidar una iniciativa que trata de enmendar una de las grandes preocupaciones en los altos niveles de mando en el PNV en los últimos años: la pérdida de peso financiero de Bilbao y de Euskadi en relación sobre todo al gran epicentro próximo como es Madrid.
Músculo financiero para empresas
Será el nuevo titular del departamento de Hacienda, Noël D'anjou, que llega a Lakua procedente precisamente de la banca, de Kutxabank, quien dirigirá junto a Mikel Jauregi, de Industria, las operaciones del nuevo clúster, que ya ha celebrado la asamblea con el 'bautismo' del consejero y más de medio centenar de entidades asociadas.
Ese nuevo entramado financiero tendrá entre sus herramientas a Finkatuz, uno de los pilares en la política de arraigo del Ejecutivo con una dotación presupuestaria creciente (terminó la etapa de Azpiazu con dos tercios de los 300 millones disponibles sin invertir), y también con el soporte a otro nivel de la propia gestora ABE Capital.
Tres de cinco son vascas
Aunque no es ni mucho menos la única iniciativa activada desde la administración vasca enfocada a las pymes, ABE cuenta con la peculiaridad de que, pese al soporte económico público, es una gestora independiente que gestiona fondos privados, es decir, las decisiones de inversión se toman fuera de los despachos de Lakua.
El fondo creado en 2019 ha ido dando pasos muy selectivos en el terreno empresarial con cuatro inversiones en medianas compañías en 2020 y 2021 (Plain Concepts, Quimunsa, Oleofat y Fanox, esta última en diciembre de ese año).
Tras un 2022 en blanco, a finales del año pasado la gestora que encabeza Javier Arana ha sumado una quinta participada, en la que asume una posición de control. Se trata de Ceranium, un laboratorio que presta soluciones de vanguardia tecnológica para prótesis dentales. Su sede está al sur de Madrid, en concreto en el municipio de Pinto.
Tres de las otras cuatro participadas tienen su sede en Euskadi. La excepción es la navarra Oleofat, con el centro de operaciones en Tudela. No se incumple por tanto uno de los requisitos esenciales para las inversiones de ABE Capital, que debe contar con al menos un 50% de participadas vascas.