El fondo de arraigo que busca Pradales: más Bolsa y apoyo 'controlado' de capital extranjero
El clúster financiero vasco aspira a aglutinar músculo local y también a atraer inversión foránea que ayude a ganar tamaño
23 septiembre, 2024 05:00Noticias relacionadas
Tiene sentido que haya sido en La Comercial, ahora Deusto Business School, donde los 'hombres fuertes' de Imanol Pradales en el frente financiero den las primeras pinceladas de la gran apuesta del nuevo gobierno en el terreno empresarial. Un fondo soberano que en realidad no es un fondo soberano pero que se le podría parecer si alcanza los volúmenes y capacidades a los que aspira el equipo de Pradales.
Una "solución de inversión" como señalaba el consejero de Hacienda, Noël d'Anjou, en el Parlamento Vasco que sería en realidad una 'suma de fondos' porque Euskadi por su tamaño no puede contar como tal con su propio fondo país. Y haciendo el símil la gestora que agruparía todas las inversiones podría ser el clúster financiero que encabeza Jon Ander de las Fuentes y que será el 'cerebro' que coordinará el músculo económico procedente del sector público, banca, EPSV o fortunas familiares.
D'anjou, De las Fuentes y Antón Arriola, presidente de Kutxabank, coincidían esta semana en la antigua Comercial para hablar de las carencias financieras de Euskadi y desgranar los primeros pasos del clúster Basquefik alumbrado por Iñigo Urkullu en el último tramo de la pasada legislatura.
El propio Arriola, cuya entidad ha tenido que abandonar ciertas posiciones en empresas estratégicas por las nuevas regulaciones garantistas del BCE, reconocía que faltan "instrumentos sofisticados" y "apetito inversor" para afrontar operaciones de cierto tamaño. Todo ello en un contexto en el que fondos extranjeros, muchos de ellos en manos directamente de los estados, miran cada vez con más atención a los puntales empresariales vascos.
Apoyo externo
En realidad, como explicaba De las Fuentes, en estos momentos la 'cabeza pensante' que debe echar a andar el clúster financiero, el objetivo no es levantar un muro que impida la llegada de capital extranjero. La idea es que haya competencia, que Euskadi pueda ofrecer a las empresas una herramienta local para crecer, aunque no sea la única.