Cuando pensamos en casas de paja, es fácil recordar El cuento de los tres cerditos, donde la casa de paja es derrumbada por el lobo de un soplido. Sin embargo, este cuento popular está lejos de la realidad de hoy.
Las casas de paja modernas, construidas con materiales sostenibles como paja, madera o arcilla son extremadamente resistentes, lejos de ser vulnerables. Estas construcciones no solo son ecológicas, sino que garantizan la seguridad.
En BioAraba, la feria de productos ecológicos de Álava, la empresa EcoPaja intentará demostrar cómo el cuento de los tres cerditos cobra nueva vida. Allí explicarán que la paja se convierte en un material resistente y práctico en la actualidad.
No son solo casas de paja, es un estilo de vida
EcoPaja, una filosofía cooperativa del Euskadi, que opera a nivel nacional, es uno de los proyectos que tratan de hacer frente al cambio climático. Otro ejemplo de economía circular.
Una vivienda de EcoPaja hecha con paja, madera, arcilla y cal
Por este motivo, levantan casas hechas con recursos naturales, como la paja, la madera, la arcilla o la cal. La paja de trigo se compacta en el interior con esqueleto de madera y se le aplican revestimientos de arcilla para sellar, y con cal para evitar filtraciones de agua.
El uso de estos materiales se considera como Construcción de Carbono Negativo, ya que los materiales no contaminan, por el contrario absorben dióxido de carbono durante su ciclo de vida, que queda retenido en la paja y la madera.
Recubrimiento de una casa de EcoPaja con arcilla
Esta ejeccuión contribuye a dejar la mínima huella ecoloógica y a un futuro mejor para las nuevas generaciones. Ellos mismos definen este proyecto como "estilo de vida".
El cuento popular, el sueño del siglo XXI
Vivienda unifamiliar en Zeanuri (Bizkaia)
Estas casas, con una resistencia de hasta 43 toneladas, demuestran que lo que antes parecía un cuento, es ya una realidad. Así, la historia de los tres cerditos, donde la casa de paja era la más vulnerable, se convierte en pasado, porque hoy la paja no solo resiste el viento del lobo, sino las adversidades del siglo XXI.