El relevo generacional que se está dando, y se va a dar de una manera más profunda en los próximos años, está poniendo de manifiesto la necesidad urgente de la búsqueda de perfiles diversos que permitan que las empresas vascas puedan sobrevivir.
Según el Basque Food Cluster, hasta 2035 serán necesarios 30.000 trabajadores en el sector vasco alimentario; 19.000 de ellos correspondientes a nuevos empleos y 11.000 que serán necesarios para reemplazar las jubilaciones que se realizarán en los próximos 10 años.
Según esta asociación, que integra a las empresas y entidades de la cadena alimentaria vasca, la ciberseguridad será un área clave a la que las empresas tendrán que hacer frente, mientras que el impacto de la digitalización y la robotización será menor respecto a otras industrias por el carácter manual de los procesos alimentarios.
También aumentará la necesidad de contar con competencias específicas en ámbitos como la sanidad e higiene alimentaria, el mantenimiento de infraestructuras tecnológicas, el control de alérgenos y la seguridad alimentaria. Además, los cambios en los hábitos de consumo hacia productos más ecológicos, locales y sostenibles impulsarán "nuevas oportunidades" de negocio en el sector.
Los desafíos de la industria alimentaria
El estudio dado a conocer este martes destaca el éxito de la Formación Dual y de los programas de prácticas con compromiso de contratación como herramientas efectivas para garantizar la empleabilidad. No obstante, Basque Food Cluster ha advertido que el relevo generacional plantea la necesidad de transmitir el conocimiento de las generaciones salientes a las nuevas, "especialmente en un contexto de escasez demográfica y creciente diversificación de las plantillas con profesionales extranjeros".
Entre los desafíos a los que se enfrenta la industria alimentaria y de bebidas de Euskadi se ha subrayado el aumento de los costes de producción, los problemas de suministro derivados de la dependencia de mercados exteriores y la necesidad de adaptarse a normativas medioambientales "cada vez más exigentes". También se ha situado entre los retos a encarar el absentismo laboral y la fidelización del personal "en un contexto laboral competitivo".