Karama Candle: las velas de soja que unen sostenibilidad y bienestar personal

Todo comenzó en un pequeño taller de Ortuella, donde Rosario y Asier, dos jóvenes de 28 años, se embarcaron en la aventura de crear velas de manera consciente y respetuosa con las personas y el medioambiente. Lo que inició como un experimento en busca de alternativas más sostenibles dio lugar a Karama Candle, un proyecto con raíces en Bizkaia y aspiraciones de llevar su mensaje de dignidad y cuidado al mundo.

Rosario, amante de las velas desde siempre, se sorprendió al descubrir que la mayoría de las velas están hechas de parafina, un derivado del petróleo. “Es literalmente como encender plástico”, explica Rosario. Pero, lejos de abandonar su afición, decidió encontrar una alternativa sostenible, aunque eso significara asumir un coste mayor. 

Inspirada por su pasión, compartió la idea con su mejor amigo Asier, quien aportó su espíritu emprendedor para dar forma al proyecto que hoy ambos consideran un éxito.

Velas tradicionales: cuando lo barato sale caro 

“Mucha gente no sabe que las velas convencionales pueden ser perjudiciales”, señala Rosario. Ella misma desconocía los riesgos hasta que comenzó a investigar. Las velas de parafina, al quemarse, liberan compuestos nocivos para la salud, un hecho que sus clientes, cada vez más informados, valoran al optar por las de soja, incluso con un precio más elevado.

“Lo barato puede salir caro, o muy caro. Estamos hablando de salud pulmonar”, advierte. “Fumar mata, eso lo sabes cuando decides hacerlo, pero muchas personas no saben lo que implica encender una vela de parafina”.

En Karama Candle, el propósito es también hacer accesible las alternativas saludables y por eso existen diferentes gamas. “Es importante que nuestras velas sean accesibles y que no solo por el hecho de que sean naturales, no se pueda acceder a ellas”, añaden.

Volver a casa de los aitas para poder emprender 

En septiembre, Rosario y Asier dieron el gran salto. Dejaron su taller en Ortuella y se mudaron a un local en Artekale 48, en Bilbao. Aunque fue un sueño cumplido, no estuvo exento de dificultades: Rosario tuvo que regresar a vivir con sus padres para poder afrontar los costes: “Este ha sido el mayor sacrificio entre comillas, pero no podía permitirme dos alquileres”, confiesa Rosario.

Con pocos recursos, pero muchas ganas, transformaron el nuevo espacio con gran creatividad: una mesa reciclada de la huerta de Asier, una estantería de pladur hecha a mano y paredes pintadas con los colores corporativos. Todo refleja el amor y la dedicación que han puesto en el proyecto.

La moda de los talleres: un modelo de negocio que funciona

El taller de velas de soja de Karama Candle tiene una duración aproximada de tres horas Karama Candle

Desde el principio, Rosario tuvo claro que quería compartir algo más que velas: quería ofrecer una experiencia de desconexión. Con esa idea, Asier sumó su visión empresarial y juntos dieron vida a los talleres de Karama Candle: “Yo tenía muy claro que quería compartir esa desconexión con las personas, pero no sabía cómo hacerlo. Asier me apoyó desde una visión empresarial y nacieron los talleres”.  

En estos talleres, los participantes no solo aprenden a fabricar sus propias velas de soja, sino que disfrutan de un ambiente slow-life y creativo. Los horarios son flexibles, con sesiones de mañana y tarde, y al terminar, los asistentes pueden disfrutar de un almuerzo o merienda.

La tienda nació como un complemento a los talleres, ofreciendo una gama de velas sostenibles y naturales. Esta combinación ha demostrado ser un modelo de negocio exitoso y atractivo para las personas que buscan un momento de desconexión.

Los retos de emprender: saber de todo un poco

Árbol de navidad del taller navideño de Karama Candle Karama Candle

“De repente eres la de marketing, la que atiende a los clientes, la que limpia... haces de todo”, afirma Rosario sobre los desafíos de emprender. Asier, con formación en electromecánica, y Rosario, en turismo y eventos, se enfrentaron a una gran curva de aprendizaje. “Él siempre ha sido curioso y yo aporté la chispa que encendió la llama”, asegura Rosario con una sonrisa.

A pesar de las limitaciones han sabido adaptarse y aprovechar las oportunidades, como la temporada navideña, con talleres que incluyen aromas típicos de Navidad: “Las velas son muy típicas de Navidad, entonces es perfecto un taller de Navidad con aromas y decoración navideña, cómo naranja deshidratada, canela, o ramitas con temática navideña”. 

Las grandes-pequeñas cosas: una historia personal que inspira

Karama Candle es más que un negocio: es una historia de superación personal. Ambos atravesaban momentos difíciles cuando surgió la idea. Asier, frustrado por una lesión deportiva, y Rosario, enfrentando ansiedad y depresión, encontraron en las velas y en su proyecto una vía para reconectar con ellos mismos y con los demás.

“Vivimos tan deprisa que olvidamos disfrutar de las pequeñas cosas”, reflexiona Rosario. Con su emprendimiento, buscan no solo ofrecer productos, sino también momentos de pausa y des-conexión.

En este sentido, Rosario sigue conectando con su niña interior mientras hace lo que más le gusta, y Asier ve cómo su sueño emprendedor toma forma. “El éxito ya está asegurado”, afirman con convicción: “El único límite lo pones tú”, concluyen con satisfacción.