El de Herko Trucks es uno de los proyectos más prometedores ligados a la nueva movilidad sostenible en Euskadi. La empresa vizcaína anunció a comienzos del año pasado una inversión de 20 millones en una nueva planta para fabricar camiones a gas de origen renovable en Abanto Zierbena y las instalaciones están ya en marcha.
De hecho, la firma que encabeza Pedro Silva, fundador también de BeGas, la compañía de motores con autogás (GLP) que sirve de palanca para este nuevo proyecto, ha entregado ya las primeras unidades de estos camiones a clientes como Urbaser o Cespa.
Los vehículos están orientados a la descarbonización del transporte principalmente urbano, en línea con el mercado de otra de las empresas vascas al alza como es Aresar, que hace vehículos eléctricos, pero en este caso con motores que utilizan el llamado bioautogás.
Es un gas licuado de origen 100% renovable elaborado a partir de biomasa, residuos y aceites orgánicos considerado por Bruselas uno de los principales combustibles alternativos a los carburantes de origen fósil (el primer modelo, el Herko Bios 35, cuenta con la etiqueta ECO de la DGT).
Permisos y homologación
Desde la compañía se explica que, tras obtener los permisos necesarios para la fabricación, se abre ahora la fase de industrialización de las instalaciones situadas en uno de los nuevos polígonos de Abanto Zierbena, que tendrán capacidad más adelante para ensamblar 3.000 camiones al año por turno.
"Nuestros camiones han suscitado mucho interés en empresas de servicios urbanos que requieren camiones ligeros ecológicos para operar en las ciudades, como empresas de limpieza o de logística", señalan desde la firma vizcaína.
Una de las ventajas del gas de origen renovable es que la recarga puede realizarse en los dispensadores de gas convencional que existen en muchas estaciones de servicio, lo que ahorra una de las principales problemáticas asociadas al uso del vehículo eléctrico.
Según explica la compañía, el bioautogás permite disminuir hasta un 90% las emisiones de dióxido de carbono y, en comparación con los combustibles convencionales, reduce en un 99% las emisiones de partículas y en un 96% las de NOx (óxido de nitrógeno), que son los principales contaminantes en entornos urbanos, además de reducir el impacto acústico.
El modelo Herko Bios 35 cuenta de momento con homologación para series cortas de producción, con lo que el volumen este año se limitará a 250 camiones.
A partir de ahí el objetivo es, una vez conseguida la homologación europea, ir aumentando el número de unidades ensambladas en la factoría vizcaína, que cuenta con capacidad para llegar a los 3.000 camiones por turno y la posibilidad de albergar hasta tres turnos de trabajo, es decir, la cifra puede superar con creces ese listón una vez la fábrica esté a pleno rendimiento y si el mercado sigue respondiendo bien.
Por ahora la respuesta de las empresas que realizan este tipo de servicios urbanos es buena, en línea con la demanda de ayuntamientos y entidades locales de reducir las emisiones del transporte.
A nivel social la factoría de camiones generará 150 empleos directos además de unos 200 puestos de trabajo inducidos por la actividad de forma indirecta.