Era una de las grandes apuestas de la compañía energética pública noruega, Statkraft, tenía por Euskadi. El parque eólico 'Itsaraz', con ocho aerogeneradores, y cuya entrada en operación estaba prevista para 2027, finalmente, no será instalado en territorio vasco.
El Ministerio de Transición Ecológica ha emitido una declaración de impacto ambiental negativa a la construcción de esta instalación eólica, que estaba prevista en los términos municipales de Aramaio (Álava) y Eskoriatza (Gipuzkoa).
Así ha sido publicado este jueves en el Boletín Oficial del Estado, justificado por sus impactos en la fauna y en los espacios naturales que este nuevo parque podría tener en los términos afectados. Y es que, según el documento, "en la ubicación seleccionada para el proyecto y con las medidas planteadas, no puede descartarse que produzca impactos negativos significativos sobre la avifauna protegida", avifauna entre la que se incluye los alimoches o el buitre leonado.
Si bien la compañía ya había contemplado este impacto, por lo que había desplegado una serie de medidas medioambientales -entre las que se incluyen un Plan de Restauración y Revegetación, la creación de madrigueras artificiales y bebederos para la fauna- por valor de 725.000 euros; parece que estas finalmente no han convencido al Gobierno central.
Ejecutivo que, al tratarse de una instalación de mayor tamaño y con mayor número de aerogeneradores -iba a tener una capacidad instalada de 60,4 megavatios (MW) con ocho aerogeneradores de última generación. Energía que sería suministrada cada año a unas 44.100 familias- era responsable de tener 'la última palabra' sobre la construcción del parque.
El despliegue renovable
De esta manera, y pese a que este ya contaba con el visto bueno de Lakua, el Gobierno central paraliza uno de los mayores parques eólicos proyectados en Euskadi en un momento clave para el despliegue de la energía renovable en Euskadi.
Con el cambio de Gobierno, capitaneado por Pradales, se producía el cambio de responsable del Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad. Mikel Jauregi sustituía a una Arantxa Tapia que había conseguido aprobar, meses antes de abandonar su cargo, la Ley de Transición Energética y Cambio Climático. Y lo hacía con un objetivo claro: la participación en energías renovables en el consumo final energético debería ser al menos de un 32% en el año 2030. Todo un reto teniendo en cuenta que Euskadi lleva sin poner en marcha un parque renovable casi una década, dieciocho años.
En los últimos días, el empeño del consejero en recalcar su apuesta no ha cesado, repitiéndolo en numerosas ocasiones. La última, en su visita a la sede de Haizea Wind de Bilbao, donde aseguró que había "llegado el momento de aplicar ese potencial en casa, de ser valientes y acelerar el despliegue de las renovables. En este sentido, la eólica representa una apuesta de futuro".
En esta línea, el rechazo del Ministerio de Transición Ecológica al parque Itsaraz supone un nuevo varapalo para un territorio que necesita poner todo su empeño en el desarrollo renovable".