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La histórica fábrica de Guardian Glass en Llodio, que emplea a más de 170 trabajadores, bajará su persiana en seis meses debido a la avería "sin opción de arreglo" de uno de sus hornos. 

Así se lo ha comunicado la dirección de la multinacional estadounidense a los representantes del comité de empresa durante una reunión que han celebrado este martes en la que ha expuesto las razones por las que se habría tomado esta decisión. 

Según ha señalado el comité, la cúpula de la compañía ha tomado la "difícil decisión" de iniciar el proceso de enfriamiento del horno por su "estado de desgaste y, en particular, el reciente e imprevisto daño crítico descubierto en la pared de carga de horno, que impide a la compañía seguir operando de manera segura y fiable".

El horno, principal herramienta para la fabricación de vidrio, tiene una vida útil de 15-18 años y según la dirección ya "no compensa" la inversión para renovarlo, por lo que pondrá en marcha en marzo un ERE de extinción y el cierre de la factoría en seis meses, es decir, en junio.

Por su parte, los sindicatos han señalado que la decisión del cierre se debe a la poca carga de trabajo de la planta y a que la empresa considera que no es rentable la renovación del horno cuya vida útil está prácticamente agotada.

"Tras alegar motivos económicos y técnicos poco creíbles para ELA, Guardian cierra el círculo iniciado con el desmembramiento de la fábrica en 2020 con la venta de la parte de automóvil (Glavista) y posterior cierre, para ahora finalmente proceder al cierre de lo que quedaba de Guardian en Llodio", ha comunicado el sindicato nacionalista a través de un comunicado. 

Planta de Guardian Glass Guardian Glass

Las instituciones buscarán una solución

Las instituciones vascas ya han mostrado su malestar respecto a la decisión de la multinacional. Mikel Jauregi, consejero de Industria, ha señalado que antes de Navidad ya mantuvieron conversaciones con responsables de la compañía, quienes expusieron "la problemática que tiene el sector dentro de Europa por los precios de energía", pero no comentaron nada acerca del cierre de la planta de Llodio.

En esta línea, el consejero ha dicho que el Gobierno vasco "piensa en los trabajadores y en sus familias y en todo el Valle de Araia" y que quiere analizar si es posible "un proyecto industrial a futuro que necesitaría de nuevas inversiones", además de "mirar técnicamente a la problemática que supondría el cambio de horno".



"A nosotros nos gustaría intensificar las conversaciones que tenemos con la empresa para ver si de alguna manera podríamos dar paso a otras personas que sí estarían interesadas en seguir con la actividad industrial en Euskadi", ha remarcado. 

Por su parte, la Diputación de Álava, en una nota, ha recordado que las instituciones alavesas y vascas han ofrecido su colaboración a la empresa de manera constante durante los últimos años,con el objetivo de garantizar su futuro.



En este sentido, ha señalado que trabaja con el Gobierno vasco para dar continuidad a esta empresa y encontrar una solución sobre la base de "un nuevo proyecto empresarial sólido y de futuro".