Los aranceles al acero en Estados Unidos no son una buena noticia para la industria vasca pero conviene poner perspectiva al surrealista anuncio de Donald Trump a borde del Air Force One. El país norteamericano es un mercado de mucho peso para la siderurgia vasca, el tercero, pero aun así su cuota en el total de compras está lejos del que tienen Alemania y Francia.
Europa absorbe la amplia mayoría de productos ligados al hierro y al acero que se fabrican en Euskadi y de hecho al otro lado del mostrador el abanico de 'clientes' es bien amplio. Italia, Reino Unido encabezan la lista de socios del continente que compran acero vasco entre los que están también Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Austria o República Checa.
A a todos ellos hay que sumar además otros compradores en el propio continente americano como México, Canadá o Brasil y otros aun más exóticos como Arabia Saudí, Indonesia incluso China.
Con una cesta comercial tan repartida, Estados Unidos representa según los datos de Eustat hasta noviembre algo más del 7% de las ventas exteriores de las grandes familias de productos de hierro y acero de Euskadi (algo más de 300 millones de euros en esos once meses) un par de puntos por debajo de lo que llegaron a suponer en 2022.
Un trabajador de Tubos Reunidos en una de sus plantas.
Acuerdo de Biden
Aquel año se dieron varias circunstancias que dispararon la capacidad de compra de acero en casi todo el mundo con especial énfasis en el gigante norteamericano. Por un lado un efecto tirón de la economía una vez superados los parones por la pandemia de covid y, en el caso de Estados Unidos, Joe Biden había anunciado de la mano de Bruselas justo a finales de 2021 la suspensión de los aranceles de Trump.
En cifras, la exportación vasca de hierro y acero se disparó y se fue hasta casi 540 millones de euros ese año, más del doble que en el primer año de aranceles con Trump (2019), de forma que EEUU llegó a suponer casi uno de cada diez euros exportados por el sector.
Debate entre Trump y Biden.
Un momento dulce que Tubos Reunidos, la empresa siderúrgica vasca más expuesta al país, aprovechaba para presentar los mejores resultados desde antes de la crisis del ladrillo, al igual que hacía también Tubacex.
Tubacex espera nuevos pedidos en EEUU ligados a la captura de CO2
Esquivar el impacto
Ambas compañías, sobre todo la primera, están ahora bajo el foco en esta nueva etapa proteccionista de Trump. Tubacex, con fuerte capacidad productiva allí, puede salvar bien la situación y rentabilizar los nuevos pedidos previstos en el país mientras que Tubos Reunidos confía en una cartera de clientes consolidada y el esperado acelerón del oil&gas. Otras grandes acerías como Sidenor, Olarra o las plantas vascas de ArcelorMittal enfocan la mayor parte de su producción en mercados más locales y europeos.
Sin nuevos recargos de por medio, ya en 2023 hubo un primer pinchazo de las ventas de la siderurgia a Estados Unidos que, sumada a la bajada de 2024, roza el 40%. Así, se vendió un 37,5% menos de hierro y acero que en 2022, según la comparativa en euros enero-noviembre, mientras que por toneladas se pasa en dos años de cerca de 4 millones a 2,65.
En cuanto al aluminio, que entra en principio también en este primer paquete de aranceles globales, Euskadi vendió al extranjero unos 30 millones en 2023 y la previsión es que cierre al mismo nivel 2024.