Un cartel indica la sede de Talgo, a 9 de febrero de 2025, en Madrid

Un cartel indica la sede de Talgo, a 9 de febrero de 2025, en Madrid Europa Press

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La entrada de Sidenor da aire a la industria vasca y anticipa inversiones en Álava

Será necesario que el nuevo dueño de Talgo acometa una serie de inversiones y amplíe las instalaciones vascas para dar salida a los pedidos que la compañía tiene en cartera

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Punto y final a la larga y compleja operación por la compra de Talgo. Tras meses en los que los diferentes candidatos a ejecutarla han jugado sus cartas, con OPA húngara rechazada por el Gobierno de España y tentativa de la polaca PESA incluidas, finalmente Sidenor se hará con el 29% del fabricante de trenes.

Era lo esperado y querido tanto por el Gobierno central como por el Ejecutivo autonómico, que apostaban por esta opción señalando al arraigo vasco y al mantenimiento de una importante compañía del tejido industrial del territorio en Euskadi, como principales razones. 

Y es que la oferta del consorcio, formado por Clerbil (sociedad de inversión de Jainaga, propietario de Sidenor), Finkatuz, BBK y Vital, pasa por adquirir la participación del 29,77% con hasta 183 millones de euros -4,8 euros por acción: 4,15 euros por título y 0,85 euros supeditado al cumplimiento de ciertas condiciones-.

Una oferta por debajo de las que han lanzado otros candidatos a hacerse con el fabricante de ferrocarriles vasco y diferente, ya que estos estaban dispuestos a lanzar una OPA por el 100% de la compañía, sin embargo, la intención de Jainaga no pasaba por ello; pero que encaja al completo con la petición de Lakua de que la planta principal se quedase en Euskadi. 

Polígono industrial de Álava Arasur

Polígono industrial de Álava Arasur Luis Miguel Añón

Talgo se queda en Arasur

Una planta situada en el polígono industrial de Arasur, que da trabajo en torno a 700 empleados, e inició su actividad en Rivabellosa en 1966. Sobre un terreno superior a los 200.000 metros cuadrados - equivalente a unos 13 campos de fútbol- construyó su primera planta en la que se producen trenes para RENFE y otros tantos para países como Uzbekistán, Egipto o Alemania.

Pese a su extensión, esta no es suficiente para acometer la cartera de pedidos que actualmente Talgo tiene pendiente y a la que no puede dar salida por su capacidad productiva. Por lo que el nuevo propietario de la compañía necesitará, además de acometer una importante inversión en maquinaria, ampliar las instalaciones vascas. 

Ampliación que no va a ser tan sencilla, y es que, según adelantó Crónica Vasca, aunque la ocupación de Arasur no es total, supera ya el 90%, porcentaje que dificultará la expansión en el propio enclave de las naves del fabricante de ferrocarriles; pese a que la intención de ello es evidente y ha sido ya exteriorizada en múltiples ocasiones. 

Así, que Talgo se mantenga en Euskadi y que sea necesaria una ampliación de grandes magnitudes de sus instalaciones conllevará directamente un impacto económico en Euskadi y la posible llegada de nuevos inversores al territorio. 

Un trabajador de Talgo.

Un trabajador de Talgo. Talgo

"Hay que ver el plan industrial"

La compra de Talgo por Jainaga se produce en un momento clave para la compañía, que cuenta con una amplía cartera de pedidos pero con una capacidad limitada para llevarlos a cabo. 

Según los últimos datos publicados por la propia compañía, esta logró unos ingresos récord de 497,8 millones de euros entre enero y  septiembre del año pasado, un 5,8% más que durante el mismo periodo del año anterior.

Unos resultados históricos que además se esperaba aumentar debido al buen “momento comercial” por el que atraviesa la firma, y al que ahora tendrá que hacer frente bajo los mandos de José Antonio Jainaga.

"Lo importante ahora es el plan industrial, ver cuál es la prioridad. Entendemos que con el empeño que se ha puesto para que entre un socio vasco se hará lo posible por invertir en Álava", señalan desde la sección de CCOO en la compañía, desde la que se hace una valoración muy positiva de que al fin "se acerque el fin del culebrón".

"El acuerdo con Jainaga es una buena noticia y un primer paso para recuperar la normalidad, aunque queda lo más importante, conocer qué planes tienen para Talgo a nivel industrial", se apunta.