No será un fondo soberano pero se le parece. El Gobierno de Imanol Pradales ha puesto sobre la mesa 1.000 millones de euros de dinero público como palanca para movilizar otros 3.000 más en cuatro años del espectro privado para reforzar el control sobre empresas estratégicas.
Ahí entran bancos, fortunas locales y, como novedad, se hace una proposición abierta a los fondos de pensiones en los que ahorran los vascos para contribuir al arraigo. Y el de las EPSV (Entidad de Previsión Social Voluntaria) no es un 'botín' menor: cuentan con un patrimonio global de 30.000 millones de euros, aunque hay muchas limitaciones regulatorias a la hora de recurrir a esa bolsa.
La propia filosofía de estos planes de pensiones impiden acometer inversiones de riesgo. Hasta ahora las inversiones a nivel empresarial han estado limitadas principalmente a pequeñas compañías de perfil innovador, perfil casi startup, aunque hay algunas excepciones como la importante participación de Itzarri en Tubacex.
La otra EPSV de empleados públicos, Elkarkidetza, tiene junto a Geroa el fondo Orza, que está en firmas punteras en su sector y que han ido ganando tamaño en los últimos años como son Biolan (biosalud) y Satlantis (satélites).
Interior de la planta de Tubacex / Tubacex
Intención política
La intención desde el ámbito político de propiciar un acercamiento de estos ahorros millonarios, muy centrados hasta ahora en deuda pública, al mundo de la empresa viene de atrás.
Ya el anterior consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, selló un nuevo decreto para las EPSV que aumenta el abanico de activos donde invertir y protege la modalidad de cobro en forma de renta (mes a mes una vez se accede a la jubilación) en pleno conflicto con parte de los socios de Geroa, que reclaman eliminar el listón a partir del cual se impide cobrar los ahorros de una sola vez.
Instalaciones del nuevo edificio de Biolan en el Parque Tecnológico de Zamudio.
La sensación además es que el recurso de las EPSV para fortalecer el músculo inversor en Euskadi cuenta con cierto consenso político, toda vez que el propio Pello Otxandiano (EH Bildu) dio por buena la medida en campaña electoral como pilar de ese nuevo fondo soberano al que también aspira la coalición abertzale.
Firma de la Alianza Financiera Vasca.
Rentabilidad del 8%
A la espera de que se concrete primero esa dotación de 1.000 millones al Instituto Vasco de Finanzas y luego qué agentes y en qué medida estarán en la parte privada de ese sucedáneo de fondo soberano, lo cierto es que los fondos de pensiones vascos encadenan dos años más que dulces con rentabilidades históricas.
Tras superar el 7% de media en 2023 gracias a los altos tipos y al buen desempeño de algunas firmas bursátiles, caso aquel año precisamente de la alavesa Tubacex, este pasado año empiezan a asomar cifras con algunas entidades incluso por encima de ese listón.
Movilización de la Plataforma de Afectados por Geroa
La guipuzcoana Geroa cerró en el 8,26% de media mientras que LagunAro EPSV, del Grupo Mondragon, se va también hasta casi el 8% (7,94% de media). En el caso de Itzarri, en la que están agrupados los funcionarios de Lakua, la revalorización baja ligeramente tras el récord de 2023 pero se mantiene por encima del 7%.
Números que confirman el momento dulce de los fondos de pensiones vascos y que contribuyen a seguir engordando esa gran hucha que podría ser relevante a la hora de necesitar acometer desde Euskadi nuevas operaciones similares a la de Talgo.