Varios aerogeneradores en el parque actual de Badaia / Wikimedia Commons
Un fondo alemán emerge como nuevo actor clave en la carrera eólica en Euskadi
La alianza de Premier Group con KGAL lanza proyectos en Álava y Gipuzkoa justo cuando pierden fuerza otras promotoras como Fisterra Energy
Más información: Todas las grandes promotoras han tenido que renunciar a algún proyecto eólico en Euskadi
Mientras unos proyectos eólicos mueren en los despachos, otros emergen en fases iniciales con vistas ya a la próxima década. Entre los últimos actores que han entrado al tablero vasco de las renovables destaca la alianza entre Premier Group y el fondo alemán KGAL.
La filial Premier Espf Ipaz Haizea es la pata vasca del plan de inversiones en renovables de la compañía aragonesa en España junto al fondo germano, que aporta músculo para sostener económicamente este tipo de proyectos.
Bajo dicha sociedad se han puesto en marcha en las últimas semanas varias tramitaciones para instalar parques eólicos en Euskadi, tanto en Álava como en Gipuzkoa. El último, de solo dos aerogeneradores, iría ubicado en los alrededores del municipio guipuzcoano de Tolosa, pero además la alianza Premier-KGAL ha pedido permiso para un complejo más grande cerca de Vitoria.
Se trata de momento de una doble tramitación para instalar por un lado dos aerogeneradores en la capital alavesa y Elburgo, y por otro siete molinos más en una zona muy próxima a la anterior. En total por tanto casi una decena de aparatos que suman una capacidad conjunta en Álava de algo más de 50 MW, el tope a partir del cual hay que llevar la tramitación a Madrid, si bien el despiece permite limitar la gestión a la administración vasca.
Trabajadores en un parque eólico de Statkraft
Capital Energy o Delta Power
Álava es la provincia más dinámica en la carrera eólica, de ahí que se concentren aquí también algunos de los frenazos a proyectos más relevantes. Hace unos meses quedaba paralizado el proyecto de Cantoblanco, de Fisterra Energy, que por otro lado ha visto también decaer recientemente otro parque en las Encartaciones de Bizkaia.
La promotora del fondo Blackstone fue de las primeras en aterrizar en Euskadi una vez se abrió la veda para esta nueva fase de instalación de aerogeneradores, pero no ha conseguido concretar de momento sus proyectos.
Algo similar ocurre con la noruega Statkraft, que despertó grandes expectativas en torno a su modelo de inversión pero sigue sin dar un paso adelante nítido que le permita refrendar esa etiqueta de candidata a revolucionar el panorama renovable en Euskadi.
Ikerlan trabaja junto a Capital Energy en tecnología capaz de almacenar energías renovables.
Capital Energy o Delta Power son otras de las compañías con iniciativas en marcha en la administración vasca, probablemente ya con miras a comenzar estas construcciones, si es que los permisos prosperan, en torno a 2030.
Aixeindar, de Iberdrola y Gobierno vasco, se mantiene a la cabeza con los proyectos más avanzados, ya que está previsto que próximamente se inicien las obras del parque eólico de Labraza. En clave fotovoltaica acaba de recibir una declaración ambiental favorable la planta de Ekienea, proyecto estratégico de la propia Iberdrola junto a Gobierno vasco y Grupo Mondragon.