El lehendakari Pradales en Vidrala, una de las industrias de gran consumo que podría beneficiarse del hidrógeno verde / Irekia
Casi 50 industrias vascas prevén consumir hidrógeno en 2030 de una red de tuberías aun por construir
Los compromisos que van alcanzando las empresas para la descarbonización pueden topar con la debilidad de la infraestructura de almacén y transporte
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Por ahora casi todo son incógnitas en torno a la viabilidad del hidrógeno como negocio y como eje de una nueva industria ligada a la transición renovable. La apuesta institucional de Euskadi se mantiene pero lo cierto es que no terminan de despejarse las sombras que oscurecen el futuro de este vector energético.
El último jarro de agua fría ha caído muy cerca al paralizar Repsol, que controla Petronor, uno de sus proyectos en Puertollano. El propio ecosistema de hidrógeno en torno a la refinería de Muskiz estuvo un tiempo en duda por el enfrentamiento fiscal entre la energética española y el Gobierno de Sánchez, aunque ahora el horizonte parece despejado.
Avanzan de hecho las gestiones en diversos frentes para llegar a tiempo a la siguiente estación, que será un electrolizador mediano de 10 MW que funcionará en el Puerto de Bilbao a partir del año que viene y que abastecerá a la planta de combustibles verdes.
El paso decisivo será el generador de 100 MW proyectado para 2028 y que, si los plazos de construcción se cumplen y encajan en paralelo piezas como los permisos y el abastecimiento eléctrico, se convertirá en el gran motor de hidrógeno de Europa.
Vehículos de hidrógeno de Petronor
Transporte y almacenamiento
Eso coloca a Euskadi en un punto central en la industria emergente en torno al hidrógeno. De ahí que el Puerto de Bilbao se postule como nodo exportador e importador de este gas, que sigue enfrentando grandes obstáculos como su alto coste de generación, la inmadurez de la red de transporte y almacenamiento o la propia debilidad de la demanda.
Sobre este último punto, un informe reciente de Orkestra centrado en el análisis del Puerto de Bilbao como futuro eje en el transporte de hidrógeno, recoge una estimación de cuántas "burbujas de consumo" de hidrógeno ligadas principalmente a la industria habrá en 2030 en Euskadi, y estas rozan el medio centenar.
En primer lugar el informe destaca que, pese a las aspiraciones que se suelen otorgar al hidrógeno en el proceso de descarbonización, su uso actual está muy acotado a refinerías e industrias químicas como fabricantes de fertilizantes o plásticos y cauchos. En un escalón intermedio estaría la siderurgia y más lejos aun, en una parada que parece inalcanzable a día de hoy, el transporte.
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol
Un tubo hasta Álava
Con todo, hay que recordar que la propia Petronor ha anunciado un hidroducto específico para comienzos de la próxima década desde sus instalaciones para cubrir la demanda de las grandes plantas productivas del Valle de Ayala, en Álava, y las que están en ese recorrido.
Eso significa que, como se recoge en el informe con esos 48 núcleos de demanda previstos, hay planes relativamente sólidos para que la gran industria pueda utilizar hidrógeno limpio dentro de unos años.
Laboratorio de hidrógeno de Tecnalia
Y a ese consumo proyectado hay que adecuar una infraestructura de transporte mínima, una pieza del puzzle en la que apenas se han dado los primeros pasos aunque se marca unos plazas ambiciosos.
Enagás, el operador nacional de gas, acaba de lanzar los trámites para construir la red troncal para mover hidrógeno por la península, en cuyo diseño participan las vascas Idom y Boslan, parte de Accenture (también Ayesa, en la que se integró Ibermática). Esas autopistas pretenden ser una realidad también hacia 2030 o primeros años de la próxima década, pero cubrirán solo parcialmente las necesidades de transporte de la industria vasca.
Eso desde el punto de vista del consumo, pero atendiendo a la producción también hay grandes lagunas que cubrir si no se implementa una red profusa de hidroductos para alcanzar a esos grandes candidatos a ser consumidoras de hidrógeno, caso de las grandes productoras de fertilizantes.
Como alternativas, Euskadi cuenta con algunas firmas pioneras que ya llevan tiempo atacando estas cuestiones. La propia Nortegas logró mezclar con gas tradicional un 20% de hidrógeno, lo que permitiría utilizar la red actual, mientras que H2Site, con sede en Loiu, cuenta con tecnología pionera para sacar hidrógeno del amoniaco, con una facilidad de transporte mayor y por tanto considerado un buen vehículo para su transporte.