Observatorio con el telescopio Vera Rubin.
Tekniker da un paso más: forma parte de la revolución de la astronomía con el telescopio Vera Rubin
El centro tecnológico vasco, con sede en Eibar, participa en la elaboración de los sistemas de control del telescopio que permitirá detectar más asteroides que todos los actuales y que opera desde Chile con la mayor cámara del mundo
Tekniker consolida su objetivo con un nuevo récord de facturación en 2024 de 33,5 millones de euros
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Tekniker continúa dejando huella. El centro tecnológico vasco, con sede en Eibar, forma parte de la revolución de la astronomía participando en la puesta a punto del telescopio de Vera Rubin, una instalación que abre un nuevo campo de visión a la investigación del cosmos. Se trata de un telescopio que permitirá detectar más asteroides que todos los actuales y que opera desde Chile con la mayor cámara del mundo.
Para poner en perspectiva la fuerza del telescopio Vera Rubin, cabe señalar que la mayoría de los teléfonos móviles actuales capturan imágenes de entre 12 y 108 megapíxeles, mientras que el Observatorio, en el norte de Chile, está instalando una cámara que supera esta capacidad hasta límites impensables: 3.200 megapíxeles.
El pasado 23 de junio, se difundieron en un evento internacional las primeras imágenes del Observatorio Rubin, un proyecto en cuyos créditos aparece la aportación del centro tecnológico Tekniker, miembro de la alianza Basque Research and Technology Alliance (BRTA).
El Observatorio desde dentro.
Inversión de 800 millones de dólares
Lo cierto es que el centro tecnológico de Eibar es esencial en el diseño, fabricación, ensayo y puesta en marcha del ensamblaje de la montura de 400 toneladas del Observatorio, siendo artífice de los sistemas de control del telescopio.
“Todos los elementos deben funcionar al unísono y en perfecta armonía para evitar que la cámara obtenga imágenes borrosas o desenfocadas”, explica Alberto Izpizua, investigador de Tekniker.
"Todos los elementos deben funcionar al unísono y en perfecta armonía para evitar que la cámara obtenga imágenes borrosas o desenfocadas"
De esta manera, el telescopio Vera Rubin será capaz de mapear el cielo y repetirá este proceso una y otra vez durante los próximos diez años, es decir, hasta 2035. Se trata de un avance notable en el mundo de la astronomía, puesto que permitirá observar cambios en el cielo en tiempo real, explorar los rincones más lejanos del universo y estudiar fenómenos invisibles, como la materia oscura.
El proyecto, financiado por Estados Unidos y con una inversión de alrededor de 800 millones de dólares, es supervisado por el centro NOIRLab, en colaboración con la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias), lo que consolida el papel de Chile como líder en la observación espacial.
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