Una protesta contra los parques eólicos en Santander / E Press
Cantabria y La Rioja aceleran con la eólica pese a superar por mucho la cuota vasca de renovables
Ambas comunidades tienen en la mesa un aluvión de proyectos para parques eólicos que enfrentan también una importante oposición social y política
Cantabria es tras Baleares la comunidad autónoma con menor potencia eólica instalada con un solo parque operativo. En La Rioja el panorama es otro con un buen número de molinos en marcha pero la comunidad riojana se encuentra también entre las que menos aportan al mix global en España.
Los dos territorios vecinos de Euskadi viven su propio acelerón eólico estos años con multitud de solicitudes fruto de las urgencias que establecen los objetivos europeos y del apetito de los inversores por las renovables.
La Rioja, con alrededor de 450 MW de potencia instalada eólica (el triple que Euskadi sin contar el futuro complejo de Labraza) tiene en marcha ya sobre el terreno la construcción de un nuevo parque, el de Jubera. Es un proyecto promovido por SSE Renewables, la compañía que compró activos a Siemens Gamesa, con una decena de molinos que estarán operativos dentro de unos meses.
Como en Euskadi, los parques tanto eólicos como fotovoltaicos proyectados en los últimos años en La Rioja han tenido una fuerte oposición vecinal, sindical y política, hasta el punto de que la comunidad ha llegado a aprobar recientemente una ley que limita y pone orden a la hora de tramitar nuevas solicitudes para proteger el paisaje y el medio rural.
Parque eólico del monte Oiz, en Bizkaia
Oposición vecinal y política
Con todo, La Rioja supera el 45% de aportación renovable a su mix energético con un importante papel de la eólica, muy superior a la cuota de Euskadi, inferior al 20%.
En Cantabria está operativo un único parque eólico, el de Cañoneras, de Iberdrola y con 32 MW de potencia.
Movilización en Oyón contra el parque eólico de Labraza
Como en Euskadi, las administraciones cántabras tramitan multitud de nuevas solicitudes de parques, algunas más avanzadas que otras, generándose también en esa comunidad una férrea oposición a este tipo de proyectos que ha cristalizado en movilizaciones importantes incluso en la capital Santander.
Pese al casi nulo papel de la eólica, las renovables rozaron el año pasado en Cantabria el 70% del total de la energía gracias a la enorme aportación tanto de la hidráulica como de la cogeneración.
