La negativa del consejo de Kutxa a participar en la operación Ibermática ha puesto de relieve la vieja brecha que separa al PNV vizcaíno del guipuzcoano.
Pese a ser el arraigo uno de los asuntos de mayor relieve en la política económica de Imanol Pradales, la herida territorial se abre a la hora de abordar una materia tan sensible. En el actual contexto internacional, el control empresarial se ha convertido en un asunto vital para preservar la industria local.
El último gran movimiento de arraigo de la fundación Kutxa ha sido la compra del Grupo Inzu, un grupo formado por una docena de compañías, la amplia mayoría guipuzcoanas.
Y la antigua caja de ahorros guipuzcoana se ha quedado al margen de Talgo, en la mencionada Ibermática (Ayesa IT) y tampoco concursa de forma directa (sí lo hace a través de Kutxabank) en el consorcio que acaba de formalizar la compra de Uvesco.
Supermercado BM de Uvesco
El precedente de Geroa
Esta última operación para mantener la sede de Uvesco puso bajo el foco previamente a otra institución económica de peso en Gipuzkoa como es Geroa.
La principal EPSV del territorio, con aventuras empresariales en su currículum fuera de Euskadi, entre ellas el fiasco de Holaluz, optó por no entrar finalmente en el abanico de fondos que han comprado la compañía de supermercados ante los recelos en su junta directiva, en especial de la parte sindical.
Sobre este asunto ya viene advirtiendo la federación de las EPSV: no es tan sencillo incorporar los planes de pensiones vascos a la política de arraigo porque se necesitan activos de máxima seguridad para poder hacer frente a los pagos.
Sede de Ayesa en Euskadi
En la primera opción clara para que una EPSV se incorporara a una gran operación, Geroa se ha puesto de perfil.
Al igual que ha ocurrido con Kutxa e Ibermática, en este caso fundamentalmente por la posición contraria del PNV. Una negativa sorprendente por contradecir el mandato expreso de Pradales y del partido nacionalista, pero que puede encajar si se mira desde la óptica de Gipuzkoa.
Los nacionalistas guipuzcoanos exponen precisamente un informe técnico que, un poco en línea del argumento de las EPSV, estima que los riesgos de la operación son excesivos en relación al posible retorno futuro para la fundación bancaria.
Unai Rementeria, nuevo presidente de la Fundación BBK
Pese a estar domiciliada en Donostia, Ibermática ya contaba antes de Ayesa con una gran sede económica en Zamudio y, ante el paso al frente de BBK, que fue el primer agente vasco que se lanzó a la puja, tiene lógica pensar que en el futuro el protagonismo se lo llevarán las instalaciones del parque tecnológico vizcaíno.
Hay que recordar, además, que BBK ya ha arrimado el hombro en la operación Talgo, que beneficiará fundamentalmente a Álava y a Vitoria, por lo que tiene sentido que se premie especialmente el movimiento que hace la entidad vizcaína en la recuperación del control de Ibermática.
