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Concluye el primer año completo con Imanol Pradales en lehendakaritza. El de Santurtzi anunció como reto de cabecera de su gobierno el blindaje de los centros de decisión de grandes empresas y en la parte final de 2025 se han firmado los primeros resultados.

El primer frente era el de Uvesco. Pradales se topó casi de bruces con el movimiento de PAI Partners colocando a la venta la compañía, alimentado por el interés de Carrefour.

Aquella transacción no se materializó entre otros factores por la presión ejercida desde Euskadi en distintos frentes, tanto el político como el de los agentes, trabajadores y proveedores, ligados a la empresa de distribución.

El nuevo gobierno ganaba tiempo aunque el problema seguía sin resolución. El departamento de Industria de Mikel Jauregi encabezó las gestiones para tantear socios más interesantes que Carrefour hasta que, con el nuevo papel de Kutxabank como agente inversor como catalizador, los minoritarios vascos encabezados por Ángel Jareño han logrado aunar músculo para convencer a PAI.

El papel de Jainaga y de Ángel Jareño ha sido crucial para anclar a Euskadi las sedes de Talgo y Uvesco / CV

Los inversores responden

El paso al frente personal de Jareño, actual CEO, junto a las familias fundadoras se acompaña de una apuesta de grandes tractores de la inversión por los supermercados agrupados en Uvesco (BM y Super Amara).

Más allá de Kutxabank, la fundación Artizarra (Stellum Capital), e Inveready son agentes reconocibles en el panorama empresarial y con este movimiento dan la cara por la política de arraigo de Imanol Pradales.

En clave territorial, la de Uvesco apunta por ahora a única victoria en esta serie de grandes movimientos corporativos para Gipuzkoa, que conservará la sede oficial del grupo de distribución. Por el tipo de negocio, eso sí, las posibilidades de crecimiento interno en la provincia del proyecto son limitadas y los propios gestores han declarado su interés por seguir ganando terreno en Madrid.

La planta principal de Talgo en la localidad alavesa de Rivabellosa que cuenta con 750 trabajadores L. Rico Efe

Talgo, el triunfo de Álava

Pegadas a Miranda de Ebro, munipio burgalés al que pertenece buena parte de su plantilla, las intalaciones de Talgo en Rivabellosa vivirán un resurgir de la mano del nuevo abanico de socios vascos con José Jainaga a la cabeza.

La sede social y fiscal de la histórica compañía de raíces vascas regresa a Euskadi, en este caso a Vitoria, en lo que puede considerarse un gran triunfo de Álava y un espaldarazo de cara a alentar un impulso en la contratación de trabajadores vecinos de la capital vasca en Rivabellosa.

La de Talgo ha sido sin duda la operación más costosa para el Ejecutivo vasco por la dimensión y el simbolismo de la compañía, así como por el torbellino mediático que causa cualquier movimiento que tiene repercusiones en Madrid.

Una vez cerrada la ampliación para la entrada de Jainaga y su equipo, se entiende que el industrial bilbaíno tendrá margen para trabajar fuera de foco. Aunque cuenta con un consejo favorable a los intereses de Euskadi, es cierto que la nueva etapa será un juego de equilibrios con el Gobierno central, presente a través de la Sepi y con múltiples problemas en el sector del ferrocarril.

Antigua sede de Ibermática en Donostia, aun con el cartel de la compañía antes de la compra de Ayesa CV

Ibermática hace aflorar grietas

La guinda al pastel es el regreso de Ibermática, en este caso aun con numerosos interrogantes sobre la mesa.

La entrada de Teknei en el consorcio que compra la división tecnológica de Ayesa, casi de tapadillo y reconocida solo por la aparición de la firma en titulares, genera dudas en el sector a nivel de gestión.

La empresa de los Lekube tiene en marcha la integración de activos de Indra que supone la transferencia de 5.000 empleados, habrá que ver cuál es la fórmula para ello, a los que se sumarían esos en torno a 4.000 de Ayesa-Ibermática.

El director general de Kutxa Fundazioa, Ander Aizpurua. Kutxa Fundazioa

Por lo demás, una vez más se ha puesto de manifiesto en esta operación que tanto BBK de forma directa como Kutxabank responden al llamamiento de Pradales, aunque a la vez ha brotado la grieta con la guipuzcoana Kutxa.

La antigua caja guipuzcoana se queda al margen alegando precisamente esa debilidad del partner industrial del consorcio a la hora de abordar la integración. El arraigo exige riesgos y mucho corazón y, por ahora, el PNV guipuzcoano se aferra en Kutxa a una visión prudente para contradecir el mandato expreso de Lakua y de Sabin Etxea.