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No existe nada que represente mejor a Euskadi que sus famosos pinchos. Estas pequeñas obras de arte culinarias llevan décadas formando parte de los mejores momentos de los vascos. Son muy populares el Bilbainito o el Grillo en Bilbao, sin embargo, uno de los más icónicos y antiguos es la famosa Gilda, que se elabora con tres ingredientes: antxoa, aceituna y piparra. Una creación que nació en el bar donostiarra de la calle Los Reyes Católicos número 10, Casa Valles, en la década de los 40.

Al igual que las tapas, estos pequeños manjares nunca pueden faltar en las barras, pero no deben confundirse. Se le llama 'pintxo' a un alimento o ración de comida sujeta con un palillo y que se coloca sobre una rebanada de pan, según expone la web de Bizkaia Talent en su artículo Los pintxos como seña de identidad de la gastronomía vasca.

Lo que diferencia a un pintxo de las tapas es que estas últimas son pequeñas raciones de comida que se sirven junto con la bebida en muchas zonas de España y de manera gratuita, mientras que el pintxo se sirve por separado, hay que pedirlo y cuesta dinero. Además, los pintxos requieren una mayor elaboración al reunir más productos en un mismo bocado.

La cúpula de los pinchos de txangurro

Uno que, sin duda, enamora a los bilbaínos desde hace años es el gratinado de txangurro del clásico bar El Globo, en la calle Diputación número 8. Una joya cremosa, con la textura suave de la bechamel, y toda una delicia que cautiva a la clientela con un sabor intenso a marisco

Este establecimiento es el que lleva alegrando los paladares de los vascos desde hace décadas con sus texturas cremosas por menos de tres euros, ya que los gratinados son la esencia de El Globo, y piezas tradicionales y creativas. No hace falta decir que este local es la seña gastronómica de Bilbao, ya lo demuestran sus tres Eguzkilores (que son como las estrellas Michelin de los pinchos).

Así, el pintxo de txangurro, junto con el gratinado de bacalao, es de los más demandados del establecimiento. Motivo por el que el bar siempre forma una multitud alrededor, pero no hay que preocuparse, porque sus barras no dejan de ser conquistadas por los pintxos en cada momento del día. 

El gratinado de patata y trufa tampoco se queda atrás. Un manjar que fusiona la cremosidad de las patatas gratinadas con su deliciosa e imprescindible trufa. Este pincho ganó el segundo premio, hace un par de años, en el Concurso de Pintxos de Bilbao. Hoy día sigue ganándose los corazones. 

Como destacan desde su propia web, los cocineros de El Globo "han perfeccionado la receta de estos pequeños manjares", gracias al uso de ingredientes "frescos y de calidad". De esta manera, sus pinchos se vuelven inigualables. "Son famosos por su sabor único y su presentación impecable, lo que les ha valido reconocimientos en concursos y festivales gastronómicos", apunta. 

Un establecimiento que, pese al paso de los años, nunca ha dejado de estar de moda no solo por sus increíbles y únicas delicias, sino por ofrecer el ambiente más animado, cálido y acogedor en pleno corazón del Botxo