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La gastronomía vasca cautiva a cualquiera con sus deliciosos platos de mar. Es una realidad. Una vez se pisa Euskadi, nadie quiere salir. Lo demuestran las grandes personalidades y los chefs reconocidos de España, que no dejan de acudir al territorio vasco. Una de las recientes demostraciones sucedió el pasado mes de septiembre, cuando las estrellas internacionales y nacionales visitaron la capital guipuzcoana por la 72ª edición del Festival de San Sebastián.

Las estrellas internacionales de cine Pamela Anderson y Andrew Garfield aprovecharon su visita a Donostia y probaron uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Arzak, con sus tres estrellas Michelin.

Se supo de la visita de Anderson a Arzak por una foto que compartió el propio restaurante en la red social de Instagram. En esta publicación aparecen la chef Elena Arzak, hija del reconocido Juan Mari Arzak, posando con la actriz en la cocina del establecimiento.

Museo del Whisky, el que enamoró a las actrices

Una de las actrices más conocidas en la industria del cine internacional, Cate Blanchett, tampoco se quedó atrás. No solo consiguió su Premio Donostia en el festival, sino que se dio el lujo de disfrutar en un restaurante muy conocido en la villa y muy demandado por su mimo y creatividad.

Un plan parecido realizó la española Úrsula Corberó, que acudió a los premios para presentar El jockey y, de paso, se dio el capricho en uno de los locales más populares de la villa. Un museo que guarda bebidas a modo de decoración y una enorme variedad para escoger. 

Desde whiskys ahumados hasta barricas de Oporto. A este antiguo local, el Museo del Whisky, no le falta de nada con sus 3.400 botellas de whisky, 200 referencias y unos pinchos espectaculares, como expone la Guía Repsol en su artículo Más de 30 años de barra y alquimia. Hoy es uno de los mejores bares de whisky de España. 

Copas, botellas únicas o cócteles y, sobre todo, miles de recuerdos almacenados. Se trasladaron a Donostia hace más de 30 años y, desde entonces, no han dejado de conquistar a la clientela con sus maravillosas ideas y unas vitrinas llenas de "muestras singulares, exclusivas y curiosas". Estas vienen de todas las partes del mundo, como Tasmania, Kenia, Irlanda, Japón, Camboya, India, Malawi o Taiwán, entre otros países. 

Llegan en pequeñas garrafas o en ampollas, como "si de una medicina se tratase". Uno de los más especiales es su Whisky Balvenie 50 que fue destilado en 1937. Tiene medio siglo de barrica. "Algunas de ellas tan únicas que cuando se agotan es imposible reponerlas porque ya no existen. La carta es solo un pequeño testimonio de lo que hay tras la barra", apunta la web. 

Al local se va a "mirar", pero también a disfrutar, ya que todos pueden disfrutar de un perfecto gin-tonic o catar diferentes chupitos de whisky. La especialidad de la casa es su mencionado whisky ahumado, que se puede probar incluso en un cóctel Mai Tai, pero también sobresalen sus cócteles, como el Bang bang, que lleva brandy, Gran Marnier y ron especiado; o un Full Moon (mojito con un poco de pomelo).

Como curiosidad, el bar guarda la coctelera más pequeña del mundo (tiene un récord Guinness en 1995), unos caramelos de gin-tonic y un piano-bar en la planta baja escondido, y permite disfrutar de sus famosos 'puñejuegos' a los que jugaron los actores Chris Hemsworth y Elsa Pataky en su paso por el Museo del Whisky