Euskadi enamora a todo el que la visita, y no solo por su belleza natural, su impresionante patrimonio cultural o su fascinante historia. Uno de los mayores tesoros de esta tierra es, sin duda, su gastronomía. El País Vasco es conocido por ofrecer manjares que deleitan a cualquier paladar y por la calidad de sus vinos, considerados verdaderas joyas de la enología.
Dentro de Euskadi, Álava destaca como una de las provincias más reconocidas por su producción vinícola. Sus tierras acogen numerosas bodegas que elaboran vinos de forma natural, utilizando productos frescos y autóctonos. La tradición vinícola de la región se remonta a siglos atrás, y hoy en día sigue cautivando tanto a locales como a visitantes de todo el mundo.
Una bodega única en Álava
Una de las bodegas más emblemáticas de Álava es la bodega Mayor de Migueloa, ubicada en el antiguo palacio de Viana, que data de 1619. Este edificio histórico ha sido declarado patrimonio de interés histórico y cultural por el Gobierno del País Vasco, reflejando siglos de tradición y excelencia vinícola.
Rehabilitado en 1988 por Jaime Gutiérrez y Mery González, pioneros del enoturismo en España, Mayor de Migueloa ofrece un espacio cargado de historia. Sus rincones evocan los sabores de otros tiempos, y cada estancia invita a disfrutar del entorno, de los productos de la tierra y de la calidez de su gente. Galardonada en numerosas ocasiones, esta bodega es el reflejo del buen gusto y la tradición, un lugar donde se aprecia el saber hacer bien las cosas.
Lo que hace única a Mayor de Migueloa es que es la única bodega de la zona que sigue produciendo sus vinos de forma 100% artesanal, todo dentro de las murallas de Laguardia. Este método tradicional se refleja en la calidad de cada botella, que transmite el alma y la pasión que ponen en su elaboración.
El restaurante-bodega que enamoró a Saúl Craviotto
Esta bodega logró conquistar los sentidos del piragüa y campeón olímpico Saúl Craviotto, quien se dejó seducir por el lugar disfrutando de un buen chuletón tradicional. Además, Craviotto tuvo el privilegio de recibir la Edición Especial Limitada de El Foehn, el vino más prestigioso de la casa. Esta auténtica joya representa la tradición y el mimo que la bodega imprime en cada botella.
Mayor de Migueloa no solo ofrece experiencias vinícolas únicas, sino también la posibilidad de alojarse en su encantador hotel. Los visitantes pueden disfrutar de experiencias gastronómicas, como el menú degustación por 110 euros por persona o visitas guiadas a la bodega que incluyen cata de vinos.
Mayor de Migueloa es más que una bodega, es un viaje en el tiempo que permite saborear la tradición y la historia del vino en uno de los enclaves más bellos del País Vasco. Un destino obligado para los amantes del buen vino y de la gastronomía vasca.