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Irse a comer o a cenar a un restaurante es una tradición muy antigua. Sobre todo, en España, tierra de la buena gastronomía por excelencia. Todo comienza con la palabra 'restaurant', de origen francés, que fue usada, por primera vez, en un local dedicado a la venta de sopas. Así lo asegura el centro de restauración Abades Triana en su artículo Los Restaurantes, su origen e historia.

El mesonero parisino Dossier Boulanger usaba una frase que incluía esta palabra en la entrada de su taberna: "Venid a mí todos los de estómago cansado y yo os lo restauraré". Así, este término se acabó extendiendo por toda Europa. Se cree que fue Boulanger el primer restaurador. Este ofreció la posibilidad de elegir la comida en mesas individuales en su establecimiento de París.

¿Su plato estrella? Los caldos, porque eran restauradores. El negocio de la restauración se asocia a Francia por esta misma razón y se trata de un tipo de trabajo que se popularizó durante la Revolución Francesa. Hoy día es un negocio muy expandido en varios países del mundo. 

Gu2, el que se lleva el corazón de Chicote

No solo existen restaurantes maravillosos en la capital de España, donde la hostelería tiene un papel fundamental, sino en sus comunidades autónomas. En Euskadi, uno de los mejores territorios del país en cuanto a la buena gastronomía, existen decenas de locales muy famosos. No es fácil elegir el mejor de todos, ya que cada uno guarda su encanto. Sin embargo, algunos chefs, como Alberto Chicote, intentan encontrar el mejor. 

No es fácil conquistar a Chicote y eso es algo que se ve en su programa de Pesadilla en la Cocina, donde el cocinero visita diferentes locales españoles para ayudar a los trabajadores y al jefe a levantar el negocio. Para ello, además de observar la manera en la que estos trabajan y la higiene del local, también degusta los platos que ofrecen en las cartas. Chicote no tiene ningún problema en admitir el buen sabor y el trabajo detrás de un plato, pero es muy crítico y no todo le sirve. El chef sabe perfectamente si el restaurante le engaña con productos congelados o si los platos no tienen buena calidad

Esta vez ha decidido acudir, en su programa Batalla de restaurantes, a un local bilbaíno para buscar el mejor bacalao al pilpil. Y resulta que de cuatro restaurantes (Laga, Doyuno, Serendipia y Gu2) ha habido uno que ha conquistado su paladar. 

Fue el establecimiento de Serendipia (en la localidad vizcaína de Barakaldo) el que cautivó, en un principio, al cocinero gracias a una propuesta innovadora. Pero no fue el ganador para Chicote, ya que a este "le falta alma bilbaína y mano, en general". Por lo que los platos más típicos de Bilbao, como el bacalao al pilpil, no contaban con tanta presencia. Así que el local se quedó con el segundo puesto. 

El favorito de este fue Gu2, en el barrio bilbaíno de Indautxu. Lo que más llamó la atención del chef no solo fue su increíble bacalao al pilpil, el mejor de todos y al que le otorgó una puntuación de 9 sobre 10, sino la atención al detalle. Para Chicote, Gu2 es el "sueño de dos personas" amantes de la cocina y del servicio. "Eso se nota", añadió. El equilibrio de sabores, la precisión a la hora de ejecutar el plato o la buena calidad estaban muy presentes. "Cuando sabes que haces las cosas bien, no hacen falta filigranas". Así que el local se llevó una nota media de 8. 

Por su parte, el restaurante Doyuno, también en Barakaldo, no consiguió impresionar al cocinero por su falta de higiene y calidad. Además, devolvió su bacalao al pilpil, ya que desprendía un olor fuerte y se quejó de que su bacalao "canta". Doyuno no solo recibió una puntuación de 0 en la cocina, sino una nota media de 2,8 sobre 10. Lo que ha dejado claro el programa es que hay factores que no se pueden pasar por alto, como el amor por la cocina y la buena higiene y, sobre todo, el alma bilbaína