A solo 30 minutos de San Sebastián se encuentra un pueblo que ha sabido preservar su esencia gastronómica como pocos. Sus calles empedradas, su casco histórico repleto de vida y su tradición culinaria lo convierten en un destino imperdible para los amantes de la buena mesa.
Aquí, la gastronomía no es solo una parte de la cultura, sino el alma del lugar. En cada rincón se respira un amor profundo por los productos de calidad y la cocina bien hecha, una herencia transmitida de generación en generación.
Euskadi es una tierra de contrastes y sorpresas. Aunque los focos suelen centrarse en Bilbao, San Sebastián y Vitoria, existen rincones menos conocidos que guardan auténticas maravillas. Muchos visitantes pasan por alto pequeños pueblos que, aunque no gocen de la misma fama internacional, ofrecen experiencias únicas. Uno de estos lugares es un destino que brilla con luz propia y que cualquier amante de la gastronomía debería conocer.
Tolosa / Wikipedia
El pueblo vasco donde mejor se come
Hablamos de Tolosa, una joya gastronómica que destaca por su amor por los productos de calidad y su profundo respeto por la tradición culinaria. Esta villa guipuzcoana es famosa por las alubias de Tolosa, un manjar que se cocina a fuego lento hasta alcanzar una cremosidad incomparable.
Otro tesoro de la zona es el queso Idiazábal, elaborado con leche de oveja latxa y de sabor inconfundible. Ambos productos forman parte de la identidad del pueblo y han llevado su nombre más allá de sus fronteras.