Sin los pintxos, Euskadi perdería su esencia. Nunca faltan. Sea cual sea la provincia, estas pequeñas joyas culinarias dan mucho de sí y se vuelven no solo una fiesta en las barras y en los paladares, sino que se convierten en un símbolo de unión durante los almuerzos. Una costumbre que nunca falla.
Desde Bilbao hasta Vitoria y San Sebastián, los vascos se dedican a buscar el mejor barrio para degustarlos. Una de las mejores zonas es la Parte Vieja de San Sebastián, donde las barras de pintxos son infinitas y existe una calle que cautiva a los vascos por ser conocida como la calle de los pintxos.
Fermín Calbetón, donde nacen los pintxos
Lo mejor de la gastronomía vasca se cuece en la Parte Vieja de San Sebastián, barrio en el que convergen los olores y los sabores vascos más especiales. Conocida como 'el templo de los pintxos', sus calles saben seducir a cualquiera gracias a unas creaciones culinarias nunca antes vistas y unos escaparates que permiten visualizar obras maestras.
Entre las paradas más destacadas, sobresalen los locales de Tamboril en la calle Pescadería número 2 con sus pintxos de champiñones, así como el Martínez de la calle 31 de agosto número 13 con sus productos de mar o incluso el bar Txepetxa de la calle Pescadería número 5 con sus antxoas.
Todos conocen estos locales o estas calles como algunas de las más populares para irse de pintxos. Sin embargo, la mejor, sin duda, es la pequeña calle de Fermín Calbetón, lugar de encuentro de cuadrillas y donde todo se vuelve un festín, el orgullo donostiarra.
Todos han intentado pasar por esta alguna vez en su vida, ya sea para pedir algún zurito, un txakoli o un buen pintxo. Y es que esta calle ubicada en pleno casco antiguo, entre la Iglesia de Santa María y el Museo de San Telmo, es donde surge la magia gastronómica.
Barras largas, llenas de vida y de color, un sinfín de bocados gourmet (o no) a escoger. Muchas conversaciones entre jóvenes y mayores, 'potes' y felicidad. Es todo lo que se necesita para convertir la tradición de tomar pintxos es el mejor evento del día. Los locales que vuelven especial este acontecimiento son tres, según el Ayuntamiento de San Sebastián: Zumeltzegi, Casa Bartolo y Casa Urola.
Zumeltzegi es, en concreto, uno de los más concurridos por sus demandadas brochetas de rape. Especializado en la comida tradicional vasca, en su carta de bar sirven desde pintxos premium de cocina y pintxos veganos hasta raciones, platos principales y bocadillos.
Entre los pintxos premium a partir de 4 euros sobresalen la brocheta de gambas y jamón, la ya mencionada brocheta de rape, la brocheta de solomillo de ternera, la carrillera Ibérica en salsa y el chipirón a la plancha. No pueden faltar raciones como unas patatas bravas, unos calamares o sus huevos rotos, o sus deliciosos bocadillos desde 7 euros de calamares o txistorra. Y, sobre todo, nadie puede salir del local sin probar los crepes de txangurro gratinados con salsa de marisco, el taco de bacalao al pilpil o la merluza a la plancha con txangurro.
Los veganos y vegetarianos, además, no se quedan atrás en el bar Zumeltzegi, pues se ofrecen pintxos con la mejor materia prima para ellos, como la tosta de setas, los pimientos de guernica, tortilla de patatas o guindillas de Ibarra.
Abierto desde 1983, Zumeltzegi se centra en el cliente ofreciendo lo mejor de una "cocina inigualable", como exponen en su propia web, que "desarrolla una cocina tradicional" que trabaja con mucho mimo el producto, incluso hasta el "último detalle".
"En todos nuestros platos se encuentran materias primas de alta calidad. Además, ofrecemos varios menús que destacan por su variedad. Entre nuestras elaboraciones podrá disfrutar de las verduras frescas, traídas de las huertas de nuestros caseríos y nuestros postres caseros en los que mezclamos aromas y texturas. Contamos con una gran cocina que merece ser degustada con todos los sentidos", apuntan. Todo ello en un "entorno único".