Las recetas de Arguiñano viajan de mesa en mesa en casas ajenas desde que sorprendió por primera vez en televisión en la década de los 90 con su programa El menú de cada día. Nunca ha pasado desapercibido desde entonces con sus sencillos, económicos menús y con sus trucos. El vasco ha dejado huella en todos. Los más pequeños del hogar, que crecieron con sus chistes de fondo, y los más mayores, que replican sus obras maestras, todavía aprecian, después de tantos años, al mago de los fogones.
Con una dilatada trayectoria a sus espaldas que recoge más de 1.000 recetas, el cocinero, que se encuentra en el programa Cocina Abierta de Antena 3 desde 2011, no ha dejado de conquistar casas y de ser uno de los mayores referentes de la televisión.
No es casualidad que haya sido reconocido como Personaje del Año en 1992, que se haya hecho con un Premio Ondas a Mejor Programa Nacional de Televisión en 1993 y con el Premio Nacional de Televisión en 2021 concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, entre otros.
El plato que enamoró a su suegra
El reconocido chef no solo cocina para su programa, sino que suele elaborar platos de comidas o cenas navideñas para su familia e incluso preparó los de su boda de hace 53 años con María Luisa Ameztoy. Un banquete diferente y que encantó a algunos, pero que no gustó tanto a otros.
Estas celebraciones marcan un antes y un después en las parejas, pues son motivo de felicidad y orgullo, pero en la boda de Arguiñano ocurrió algo de lo que no olvidará nunca. El cocinero vasco ha recordado de qué estaba compuesto el menú en un reciente programa de Cocina abierta de Antena 3. "Sopa de ajo, cordero asado y fresas con vino".
"A mi suegra, que era pescadera, le dio mucha vergüenza", dice mientras se la imagina. "'Qué novio se ha echado mi hija, que pone sopa de ajo para el día de la boda'". Así que su suegra, que llevaba las riendas de una pescadería, "puso una mesa grande a la entrada" llena de cigalas.
"Le daba una vergüenza lo de la sopa de ajo... Y yo estaba orgulloso de mi sopa de ajo, y sigo estándolo", comenta con una sonrisa mientras señala la que elabora en directo y siente orgullo. "Como mucha más sopa de ajo que cigalas", apunta.