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La llegada de Semana Santa no solo implica reunión, amor y fiestas, sino comida, vínculo entre la fe y el placer. Unas fechas marcadas por una increíble gastronomía, símbolo de celebración, llena de platos típicos según la región, pero centrados en un mismo elemento común: los ingredientes sencillos y unos sabores con mucha historia detrás. Desde las sopas y los potajes hasta los pestillos, los buñuelos o las torrijas.

Los dulces de Semana Santa son los que más protagonismo cobran, ya que su elaboración a partir de miel, azúcar y canela despiertan recuerdos del pasado. Otros prefieren innovar o preparar distintas recetas para conquistar a los comensales, motivo por el que algunos se decantan por las típicas rosquillas.

Rosquillas de la abuela Lola, la petición para Arguiñano

Como el cocinero Karlos Arguiñano, que ha decidido elaborar unas maravillosas rosquillas que le han pedido desde Múnich (Alemania). Aunque este no las prepara para unas fechas tan marcadas, es una receta que no puede faltar nunca en las casas.

Todo un "clásico del recetario español", como expone durante una de las emociones de su programa Cocina Abierta y que ofrece Antena 3 en su artículo Rosquillas de la abuela Lola, la petición que ha recibido Arguiñano desde Múnich.

Antes de comenzar, un consejo: la masa puede quedar más seca o más ligera según el tipo de harina. "En el caso de que quede seca, agrega otro poco de anís; y en el caso de que quede más ligera, añade un poco más de harina".

Para elaborar las famosas 'rosquillas de la abuela Lola', Arguiñano hace uso de azúcar, huevo, sal, aceite de oliva, levadura en polvo, semillas y licor de anís, ralladura de limón, cucharada de zumo de limón, harina y hojas de menta

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