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La salsa de tomate es uno de los pilares fundamentales de la cocina mediterránea, y en muchos hogares, el ingrediente estrella de pastas, arroces, guisos y pizzas. Pero lograr una salsa casera verdaderamente sabrosa no es tan sencillo como parece.

Por suerte, el chef guipuzcoano más famoso de la televisión y de Euskadi, Karlos Arguiñano, ha compartido su truco infalible para preparar la salsa de tomate perfecta en su perfil de Instagram, y lo hace con el estilo desenfadado y cercano que lo caracteriza.

El chef que ha enseñado a cocinar a generaciones

Hablar de cocina en España sin mencionar a Karlos Arguiñano es casi imposible. Nacido en Beasain, Gipuzkoa, este cocinero vasco ha sido durante décadas uno de los grandes referentes gastronómicos del país.

Con su inseparable delantal, sus chistes y su apuesta por la cocina sencilla y de temporada, ha logrado entrar en los hogares y ganarse el cariño del público. Su programa de televisión se emite desde hace más de 30 años y ha sido clave para popularizar la cocina casera con un toque profesional.

En redes sociales, Arguiñano también ha encontrado un espacio para seguir compartiendo sus recetas. Fue en una de sus últimas publicaciones donde reveló el truco que cambia por completo la forma de preparar la salsa de tomate.

El secreto está en los ingredientes frescos y de calidad

Arguiñano insiste en que no hay buena salsa sin buenos ingredientes. La base de su receta es simple, pero exige calidad: tomates maduros, cebolla y ajo. Si los tomates no están en su punto justo de madurez, recomienda utilizar tomates pera en conserva, una alternativa excelente para quienes buscan sabor y practicidad.

Además de los elementos básicos, el chef sugiere añadir pimiento verde para potenciar el sabor, y para quienes disfrutan del picante, una guindilla cayena le dará un toque especial. Todo depende del gusto del cocinero.

El truco de Arguiñano para una salsa sabrosa y equilibrada

El sofrito, la base del sabor

Una de las claves que menciona el cocinero es el sofrito. En una sartén con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra, se doran lentamente los dientes de ajo y la cebolla picada. Este paso es esencial: "Un buen sofrito es media receta", afirma Arguiñano.

El objetivo es que los ingredientes liberen sus azúcares naturales y se caramelicen ligeramente, aportando profundidad al sabor final. Una vez dorados, se incorporan los tomates pelados y troceados, dejando que la mezcla se cocine a fuego lento.