El mejor restaurante de Euskadi para comer chuleta, según la IA: "Tradición en la parrilla inclinada, calidad de carne y reputación histórica"

Tolosa es una histórica villa de unos 20.000 habitantes a las orillas del río Oria, centro cultural vasco gracias a sus mercados y ferias. Además, fue la capital de Gipuzkoa por ser un lugar clave en la ruta comercial de Navarra y otros puertos.

Pero Tolosa es mucho más: es el destino ideal para degustar los mejores platos a la parrilla y donde probar la mejor chuleta. Esto se debe a sus orígenes, ya que fue una ciudad líder en industria papelera y artesanos herreros, que fueron los que lo convirtieron un lugar pionero en el asado de chuletas.

Esta relación de Tolosa con la carne se debe a los artesanos del hierro, quienes crearon las parrillas de metal. Por este mismo motivo, son muchos los que no dudan en acudir al mejor sitio de Euskadi para degustar una chuleta a la parrilla deliciosa, el Asador San Nicolás. Según la IA de ChatGPT, es el mejor para comer chuleta al guardar una "tradición en la parrilla inclinada, calidad de carne y reputación histórica". 

Asador Casa Nicolás, un icono

En el Asador Casa Nicolás, ubicado en Zumalakarregi Pasealekua Ibilbidea número 7 de la ciudad guipuzcoana de Tolosa, la carne es la seña de identidad. Este lugar es líder en mimar y aprovechar la carne al máximo, de donde se sacan los mejores caldos, las croquetas de carpaccio, el steak tartar y una chuleta legendaria desde 90 euros el kilo.

Su menú no es muy extenso, pues el local tiene el ojo puesto en la carne, pero ello le ha llevado a ofrecer una de las mejores chuletas del país. Tan solo se compone por unos entrantes a partir de 11 euros y el plato principal, la chuleta, con dos acompañamientos, además de los postres. 

Se trata de un lugar donde reina la tradición, incluso en los manteles, que los usan de papel como antaño, "cuando las fábricas papeleras salpicaban la ciudad", así lo expresan desde su web. También "como recuerdo a la multitud de empresarios que escribían en las mesas, cubiertas de papel, anotaciones y acuerdos mientras celebraran sus almuerzos y cenas". 

Xabier pertenece a la tercera generación y se dedica, como su padre, a tratar la chuleta con mimo. Un producto marmoleado "con mucha infiltración de grasa" que se atempera "durante horas y se recorta hasta el extremo".

Se elimina la grasa exterior y se sirve completamente limpia reduciendo el hueso. "La manera de hacer la txuleta y seleccionar escrupulosamente 'a ojo' las piezas lo lleva en el ADN, lo ha mamado desde chaval", dicen desde el restaurante. 

Todo empezó en 1950, cuando Nicolás Ruiz llevaba un bar llamado Montetxe, en el barrio de Larramendi, "donde servía vino a granel en jarra de barro". Primero creaba unos pintxos y raciones hasta que fueron los clientes los que pidieron "una oferta gastronómica más completa con mesa y mantel de papel".

Nicolás y su mujer Pepita Elizondo se movieron hasta su sitio actual en 1960. En este lugar continuaron su hijo Pedro Ruiz y su nieto Xabier, "al frente de la parrilla hecha por los herreros de Pasajes de San Juan vinculados a la construcción naval".