Las piedras en el riñón, también conocidas como cálculos renales o litiasis, son acumulaciones de cristales que se forman cuando algunas sustancias en la orina no se disuelven adecuadamente.
Estas piedras pueden permanecer en los riñones o desplazarse por el tracto urinario, provocando síntomas como un dolor intenso cuando bloquean el flujo normal de la orina.
El agua, el mejor ‘antídoto’
Aunque existe una predisposición genética para desarrollar cálculos renales, el doctor Josep Campá, especialista en Urología de Quirónsalud Vitoria, destaca otros factores que pueden jugar un papel determinante, como la dieta y la hidratación.
“Es fundamental mantenerse bien hidratado", señala el doctor Campá. "Llevar siempre una botella de agua puede parecer algo simple, pero puede marcar una gran diferencia en la prevención de las piedras en el riñón", recomienda.
El especialista advierte también sobre la ingesta excesiva de productos ricos en oxalato, como los refrescos y bebidas energéticas, que pueden favorecer la formación de cálculos.
Síntomas
Los síntomas de las piedras en el riñón suelen incluir un dolor muy fuerte, conocido como cólico renal, que se produce cuando una piedra obstruye el uréter. "Este dolor es tan intenso que a menudo es necesario acudir a urgencias", explica el Dr. Campá. Además del dolor, los pacientes pueden experimentar náuseas, dificultad para orinar y, en algunos casos, la presencia de sangre en la orina.
Afortunadamente, el 80% de las piedras renales son pequeñas, de menos de 4 milímetros, lo que permite su expulsión natural a través de la orina. En estos casos, el tratamiento consiste en una adecuada hidratación y medicación para aliviar el dolor. Sin embargo, cuando las piedras son más grandes o no se eliminan de forma natural, pueden requerirse intervenciones quirúrgicas.
Tratamiento
Uno de los tratamientos más comunes es la litotricia, un procedimiento no invasivo que utiliza ondas de choque para romper las piedras en fragmentos más pequeños.
"En casos más graves, donde la piedra obstruye el uréter, podemos usar catéteres para desbloquearlo, y en algunas situaciones utilizamos láser o métodos mecánicos para fragmentar los cálculos", detalla el especialista. En situaciones más complejas, puede ser necesario extraer las piedras directamente a través de una intervención quirúrgica en el riñón.
Riesgo de recurrencia
Una de las preocupaciones principales con las piedras en el riñón es su alta tasa de recurrencia. Según el urólogo del Hospital Quirónsalud Vitoria, “existe hasta un 50% de probabilidades de que una persona vuelva a desarrollar piedras en el riñón en los 10 a 25 años siguientes".
Por ello, recomienda que las personas con antecedentes de cálculos renales o síntomas relacionados consulten a un médico para recibir un diagnóstico y un plan de tratamiento personalizado, que les ayude a reducir el riesgo de nuevos episodios.