Cuando las temperaturas se templan y el verano hace su aparición, el País Vasco no solo es sinónimo de bellas playas, rutas culturales y tesoros gastronómicos. También lo es del mejor jazz que se puede escuchar en la Península Ibérica, ya que las tres provincias acogen interesantísimos festivales.
En lo que llevamos de verano ya se ha podido disfrutar de este género musical en la 44ª edición de Getxo (del 30 de junio al 4 de julio), en el Dazz Jazz (celebrado en Vitoria entre el 5 y el 8 de julio), en la 44ª edición del Festival de jazz de Vitoria-Gasteiz (entre el 14 y el 18 de julio) y claro está, en la 56ª edición del afamado Festival Internacional de Jazz de San Sebastián, que este año ha contado con 60 actuaciones con nombres tan relevantes como Brad Mehldau, Cécile McLorin Salvant, Noa, Chucho Valdés, Buika, Bill Frisell y un largo etcétera.
Tradición de Jazz
Esta tradición de décadas por amor al jazz se ha ido traduciendo en la aparición de bandas que poco a poco se han ido consolidando en el panorama musical. Además, desde las instituciones y los propios festivales se ha trabajado por ser un trampolín para jóvenes músicos enamorados de un estilo que no debería extinguirse nunca.
Así pues, no es descabellado afirmar que Euskadi cuenta con un buen número de bandas de jazz vascas a las que cualquier aficionado a la música debería seguir, especialmente en la actualidad, ya que existen numerosos canales para acceder a sus trabajos. No obstante, no hay mejor experiencia que acudir a un concierto con música en directo ya que, al fin y al cabo, el jazz puede ser tan caótico como maravilloso cuando los músicos se dejan llevar.
Asier Ardaiz & Friends / De 2 En Blues Band
Son muchas las bandas de jazz que han aparecido en los últimos años, de manera que probablemente falten unas cuantas entre las que se mencionan a continuación. Esto no quiere decir que sean las únicas, sino que, sin lugar a dudas, se encuentran entre las que más están sobresaliendo. Precisamente una de ellas es Asier Ardaiz & Friends, cuyo nombre indica quién es su alma mater y creador: el trompetista navarro Asier Ardaiz. Este músico no solo detiene su arte en el jazz, sino que se atreve con todo (bossa nova, brass band…) y se rodea de artistas como Juan José Cabillas (saxo alto, saxo soprano), Alexandre Touceda (contrabajo), Aitor Bravo (batería) o Jorge Fernández (piano).
De 2 en Blues Band ya cuenta con una larga tradición a sus espaldas, ya que son tres décadas dando lo mejor de sí mismos en el panorama musical vasco. Y es que el grupo dio sus primeros pasos en forma de dúo allá por el año 1990 con Miguel "Lawyer" González (voz) y Michel "Montgomery" Remón (guitarra). Poco a poco se fue poblando con la llegada de nuevos componentes para formar una de esas bandas que merece la pena ver en directo.
DOS / Horda
No hay que dar rienda suelta a la imaginación para deducir que DOS es un dueto formado por Ibon Irijoa (saxo tenor, saxo soprano) y Sergio Rodríguez Vitta (batería). Llevan trabajando juntos desde 2016 y desde entonces han dado mucho de qué hablar, acercándose a un momento de consolidación internacional. Por lo tanto, una banda de jazz a la que seguir la pista.
De dueto a cuarteto, ya que Horda es un grupo de cuatro virtuosos que se alejan del salvajismo que implica su nombre. Está compuesto por los hermanos Eolo y Nico Andino (saxo alto y trompeta, respectivamente), Ledian Mola (contrabajo) y Karles Pèrez (batería), y juntos muestran una química que queda patente en el escenario desde que comienzan sus conciertos.
Hutsun Txalaparta-J.E.L. Trío / Les Fous
Cuando un dúo (Hutsun Txalaparta) se junta con un trío (J.E.L. Trío) y ambos cuentan con sobrada calidad el resultado es una formación que surgió como un encargo del Ayuntamiento de Pamplona y que se ha convertido en un clásico del jazz en el norte de España. Los componentes que llevan desde 2016 ofreciendo lo mejor de sus repertorios son Javier López Jaso (acordeón), Marcelo Escrich (contrabajo), Daniel Lizarraga (batería), Mikel Urrutia (txalaparta) y Anai Gambra (txalaparta).
Aunque su nombre parezca indicar que no están bien de la cabeza, nada más lejos de la realidad ocurre con Les Fous (los locos), una banda compuesta por Santi Romano (composición, voz, piano), Noa Eguiguren (voz, percusión) y Olatz Otxoa (voz, percusión). Y es que llevan dando “guerra” desde hace diez años, fusionando el soul, el pop y el R&B. Una de sus características principales es que muchos de sus temas son a capella, lo que los hace perfectos para pequeños conciertos.
Mojo Hand / Monk's Sphere
Gorka Azpiroz (voz), Jon Aira (guitarra), Nando Neira (bajo), Karlos Arancegui (batería) y Paul San Martín (piano) son los componentes de esta banda formada en San Sebastián allá por el año 2016. Estos amantes del blues evolucionaron y además de versiones, lanzaron temas propios que les llevaron a grabar un disco que también se llamó Mojo Hand.
Thelonious Monk es uno de esos genios que ha dado la música y que cuenta con numerosos seguidores en todo el mundo. Tres de ellos son los integrantes de este grupo que está dedicado en cuerpo y alma al trabajo del pianista y compositor estadounidense de jazz. Sus nombres son Juan Oliveira (guitarra), Daniel Vallejo (bajo) y Daniel Pimenta (batería), quienes no dudan en continuar con el legado de Monk, uno de los más grandes compositores de todos los tiempos en lo que a jazz se refiere.
No More Jazz Brass Band / Swingtronics
Si Nueva Orleans es la cuna del jazz y una de las ciudades más musicales del mundo, era de esperar que surgieran talentos que se fijaran en todo lo que supone la urbe junto al río Mississippi. Y eso fue lo que ocurrió en 2018, cuando Eduardo Saborit (percusión), Daniel Pimenta (percusión), Guillermo Elizaga (percusión), Nicolás Andino (trompeta), Jesús Bustos (trompeta), Jon Viejo (trompeta), Gaizka Otsoa (trombón), Adrián Martínez (trombón), Alberto Martínez (trombón), Eolo Andino (saxo) y Álvaro Zarzuela (helicón) decidieron beber de las raíces del Mardi Grass y crearon una marching band como las que pululan por Nueva Orleans, un espectáculo único que merece la pena rememorar en algún concierto de No More Jazz Brass Band.
Aunque tenga un espíritu completamente diferente, la banda Swingtronics también irradia calidad y carisma por los cuatro costados. Surgió a raíz de varios proyectos musicales y, como su nombre indica, está muy centrada en el swing, sin abandonar, eso sí, algunos toques de jazz que siempre están presentes en sus propuestas lúdicas y divertidas. El grupo está compuesto por Joseba Aparicio (trompeta, guitarra), Iñigo Fernández Elorriaga (saxo, clarinete), Ibon Jordán (batería), Eider Saratsaga (voz) y Germán Ulacia (piano).
Ghost Number / The Machetazo
Ghost Number es una de las bandas vascas de jazz con más éxito en el panorama musical, con dos discos que supusieron un éxito para sus integrantes: Iñigo Manterola (batería), Nerea Quincoces (percusión), Nacho Fombuena (contrabajo), 413 (voz, banjo), Ander Solabarrieta (guitarra), Arantza Molina (violín), Oskitz Gorrotxategi (trompeta), Miguel Arribas (saxo tenor), Jordi Arkusa (trombón), Karmen Salazar (coros) y Sara Grajal (coros). En sus trabajos, la formación mezcla sonidos que van desde el jazz hasta el calypso, ofreciendo al público una experiencia que transita por todo tipo de sensaciones.
Acabamos este repaso a algunas de las bandas de jazz vascas que merece la pena conocer con una de las más seguidas por la calidad de su sonido. Se trata de The Machetazo, un proyecto que pusieron en marcha cinco músicos de jazz contemporáneo en Nueva York, ciudad a la que acudieron tras su paso por el Conservatorio Superior de Música del País Vasco (Musikene). Allí, Jorge Castañeda (piano), Daniel Juárez (saxo tenor), Nacho Fernández (guitarra), Dario Guibert (contrabajo) y Mikel Urretagoiena (batería) concluyeron su formación académica y volvieron a España para, desde Madrid, seguir adelante con un grupo musical en el que todos tienen la misma relevancia y para el que lo más importante es la música. Y es que The Machetazo es un buen ejemplo de lo que ha calado la cultura del jazz en el País Vasco y de cómo nuevos autores siguen apareciendo año tras año para perpetuar una tendencia que pronto podrá ser considerada tradición. A fin de cuentas, como el guitarrista Carlos Santana dijo, “el rock es una piscina, el jazz es todo un océano".