Pozas y piscinas naturales de Gipuzkoa en las que refrescarse

El País Vasco cuenta con auténticos tesoros naturales en forma de playas que atraen a miles de personas cada año, las cuales acuden a ellas con el objetivo de disfrutar del Cantábrico en un paraje envidiable.

Sin embargo, no a todo el mundo le atrae darse un baño en el mar. Ya sea por miedo, por la incomodidad de la arena al salir o simplemente porque suelen estar bastante concurridas, hay quienes prefieren las piscinas naturales antes que los magníficos arenales que jalonan la costa vasca.

Piscinas naturales en Gipuzkoa

Un buen ejemplo de cómo se puede disfrutar de un chapuzón en los meses calurosos sin necesidad de ir a la playa lo encontramos en las piscinas y pozas naturales que hay en la provincia de Gipuzkoa, las cuales destacan por resultar muy atractivas para cualquier bañista.

A continuación apuntaremos las más conocidas y destacadas, aunque probablemente haya muchos otros lugares que puedan ser catalogados como tal (o al menos parecerlo) en los que será posible refrescarse sin necesidad de llenarse de arena o de acudir a una piscina pública. 

Poza de Usako

El primero de los lugares en los que darse un baño se encuentra alejado de la costa, concretamente a las afueras del municipio de Oñati. Por allí transcurre el río Arantzazu, “dueño” de la Poza de Usako, una zona que todos los habitantes de los alrededores conocen de sobra por haber acudido allí a refrescarse o simplemente a dar un paseo, ya que se forma una bonita cascada que cae sobre la poza de cuatro metros de profundidad.

Ni que decir tiene que sus aguas suelen estar frías (entre 14 y 16 grados), con lo que no todos se aventuran a probarlas. Eso sí, al contar con un área de césped, con aparcamiento y con otras comodidades, hay quienes hacen la visita sin zambullirse en el río. A fin de cuentas, aúna tranquilidad y naturaleza a su alrededor, motivos más que suficientes para disfrutar de la Poza de Usako.

Poza de Sagar Erreka

De un tiempo a esta parte la localidad de Soraluze ha recuperado una zona de baño que se empleaba tiempo atrás y que, como se puede imaginar, terminó acumulando desperdicios. Una vez que se limpió todo, la Poza de Sagar Erreka se ha convertido en un sitio en el que disfrutar solo o en familia, ya que sus pequeñas cascadas invitan a la calma.

Quien dude de si el agua está fría, debe dejar de hacerlo, ya que el río recorre zonas montañosas y boscosas. Así pues, el baño solo es para quienes tienen realmente calor o para aquellos que prefieran notar el frescor en cada poro de su piel.

Pozas del Urumea

También en el interior se encuentra la tercera de las paradas de este recorrido por las piscinas naturales de Gipuzkoa. En este caso los pasos llevan hasta Pagoaga, perteneciente a la localidad de Hernani, por donde transcurren las aguas del río Urumea. Allí, en plena naturaleza, es posible encontrar varias zonas de baño donde es bastante sencillo darse un chapuzón.

Eso sí, en las Pozas del Urumea no hay lugares expresamente preparados para los bañistas, de manera que no están equipadas con los elementos habituales. Esto implica que hay que tener más cuidado con no abandonar restos una vez que se ha terminado la jornada. De lo que no hay duda es de que quienes acudan a ellas a refrescarse en los momentos de más calor, se van a topar con un sitio de singular belleza.

Piscinas de Mutriku

El camino se aleja del interior para llegar hasta la costa, al municipio de Mutriku. Allí, junto a Siete Playas y cerca del puerto, se construyeron dos piscinas naturales destinadas a hacer más amplia la zona de baño. Esto ha provocado que los bañistas puedan elegir entre la arena y la comodidad de una piscina que se llena con la propia agua del mar.

Estas piscinas naturales se han convertido en atractivo para quienes desean disfrutar del mar, ya que además están preparadas con todo tipo de equipamiento que va desde aseos públicos, hasta vestuarios y duchas. Además, cabe señalar que una de ellas tiene las dimensiones de una piscina olímpica, lo que lleva a muchos nadadores a probarse en los momentos en que está menos concurrida.