Hay una gran diferencia entre la crisis que nos arrolló en 2008 y la que nos asedia ahora. En la primera, la financiación era el problema, en cambio, en esta ocasión lo que sí hay es eso, liquidez, pero hay que gastarla con acierto. Es como si estuviéramos ante alguien que se ahoga y necesita oxígeno y disponemos de una buena bomobona para insuflarle el gas de la vida. Cuanto más rápido actuemos, más breve será el quebranto y más rápida la recuperación. De nada sirve enredarse en comprobar las pegatinas de la bombona, comprobar si tiene los certificados de Aenor correspondientes o convocar una licitación para ver si podemos comprar otra más barata. La clave del éxito es la rapidez. Además, cuanto antes se actúe, menos cantidad de oxígeno será necesaria. 

En la crisis de 2008, la financiación era el problema, en cambio, en esta ocasión, lo que sí hay es eso, liquidez, pero hay que gastarla con acierto

 

Así parece que lo ha entendido el Banco Central Europeo que está pagando a los bancos para que inyecten dinero en el tejido económico. También las grandes empresas, como Iberdrola, que justo en este momento presenta el plan de inversiones más ambicioso de su historia, llevando también su endeudamiento a cotas desconocidas, con más de 50.000 millones de euros previstos para 2025. Europa corrió para activar fondos. Las administraciones vascas también acordaron elevar su techo de deuda, gracias al Concierto, y hacer frente así a la caída de la recaudación y el aumento del gasto. Así lo ha hecho el Gobierno vasco y las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa. En cambio no la de Álava, ellos sabrán por qué, al igual que también han retrasado la tramitación del presupuesto cuando más falta hace. 

La educación en Corea del Sur ha sido eje vertebrador con una inversión del 20% del PIB, en Euskadi a penas superamos el 4%

 

Bueno, pues a gastar. Pero a gastar bien. Porque aquí sí es importante la máxima aquella de que "se gasta lo que se debe, aunque se deba lo que se gasta". Porque si hay liquidez, que es lo que nos faltaba en 2008, no hagamos la misma tontería que hicimos entonces, que fue gastarlo en hacer aceras, parques y plazas. Que sea para generar empleo, riqueza y actividad, para proyectos estratégicos, y mejor cerca de empresarios buenos, que sí los hay, y en más proporción que los políticos buenos, además. Así, cuando se gane dinero y se cree empleo, podremos cobrar más impuestos. Pero por ese orden. 

Y, entre las cosas en qué gastar, no se me ocurre mejor inversión y de mayor futuro, que la Educación. El escritor Amin Malouf pone un ejemplo inmejorable para demostrarlo: la Corea del Sur de 1953. Un país empobrecido, tras una guerra cerrada en falso y con un vecino amenazante que sólo aseguraba un futuro incierto y peligroso. Cualquiera hubiera justificado la perpetuación de un régimen autoritario, militar y en guardia frente al norte, desarrollando una sociedad condicionada por el miedo y el estado de pre-guerra. Corea del sur tenía entonces una renta per cápita de 130$ frente a los 164$ de Egipto y estaba en el vagón de cola del mundo.

Pues los coreanos del sur decidieron dar un giro y construir una democracia liberal representativa con una apuesta de inversión clara centrada en la educación y las nuevas tecnologías. La educación en Corea del Sur ha sido eje vertebrador con una inversión del 20% del PIB (en Euskadi a penas superamos el 4%) y siendo referente mundial en este campo. Desde esta apuesta han podido desarrollar una industria basada en el conocimiento y las nuevas tecnologías que les han situado a la vanguardia del mundo desarrollado. Su Renta per cápita hoy es de 31.600$, frente a los 2.500$ de Egipto y es un referente mundial en desarrollo y prosperidad para sus ciudadanos.

Yo, para esto, sí que me endeudo. Dónde hay que firmar.