Alguien debería realizar un análisis profundo de los discursos de los políticos vascos en torno a la economía para interpretar cómo han ido cambiando los tiempos y las necesidades a partir del uso de determinados términos. Sea porque las modas exigen modernizar el lenguaje o porque cada responsable institucional intenta diferenciarse del que le precede, lo cierto es que cada consejero de Industria e incluso lehendakari está marcado por una palabra.
Cada consejero de Industria e incluso cada lehendakari está marcado por una palabra
Los casos más significativos son los del clúster del ex vicelehendakari Jon Azua y el reciente ecosistema, que han repetido en los últimos días tanto Arantxa Tapia como Iñigo Urkullu. Sin olvidar otros términos ya oxidados como la innovación de la década anterior, cuando se creó Innobasque, la Sociedad de la Información de los tiempos del consejero Josu Jon Imaz o la reconversión industrial que dio nombre a la actual Spri en los años ochenta.
Jon Azua, clúster. Arantxa Tapia y Urkullu, ecosistema. Josu Jon Imaz, innovación
Industria 4.0, término introducido por una consultora al poco de llegar Tapia a Lakua, y emprendimiento siguen teniendo su cuota de mercado, probablemente porque las sucesivas crisis han impedido que otra moda los sustituya. Habría que hablar también de los anglosajones "center" (o centre), que ha dado nombre al BEC o a un par de instituciones científicas y de ciberseguridad, y hub, una palabrota que se está utilizando para redes de activos repartidos por toda la comunidad autónoma y para asuntos relacionados con la logística o la distribución de hidrocarburos. El consultor propone, el jefe de comunicación aprueba y el político lo repite.
Hay que reconocer que el clúster, un término que Azua recogió de su asesor de cabecera, Michael Porter, dio lugar a toda una jerga y a una sucesión de asociaciones que fueron creadas o rebautizadas siguiendo la doctrina marcada por el profesor norteamericano. Un clúster señalaba que se había producido una concentración de empresas de un determinado sector en un área geográfica tan limitada como la de Euskadi y clusterización indicaba que se estaba en proceso de conseguir ese objetivo.
Azua tuvo el mérito de introducir en la entonces decadente economía vasca conceptos que funcionaban en otros países. Lo hizo durante su paso por la Diputación de Bizkaia con la creación de un centro de diseño industrial que generó una generación de expertos en esta materia, hoy más necesarios que nunca y no siempre bien aprovechados por estos lares
De alguna manera, identificaban en qué áreas industriales el País Vasco era especialmente competitivo o fuerte. Había casos tan reales como el de la máquina herramienta o el automóvil, otros más prometedores como el de la aeronáutica y otros más surrealistas, como el del conocimiento o el del Puerto de Bilbao. En una primera fase, el Gobierno Vasco incentivó que en cada uno de ellos hubiera más cooperación entre todos los agentes y, en una segunda, que uno o más tractores tiraran del resto.
Azua tuvo el mérito de introducir en la entonces decadente economía vasca conceptos que funcionaban en otros países. Lo hizo durante su paso por la Diputación de Bizkaia con la creación de un centro de diseño industrial que generó una generación de expertos en esta materia, hoy más necesarios que nunca y no siempre bien aprovechados por estos lares. Ya en el Gobierno Vasco consiguió que su política de clusterización haya marcado una época y todavía se siga empleando incluso fuera de Euskadi.
En el reciente debate parlamentario sobre la venta de Euskaltel, Arantxa Tapia mencionó "ecosistema" casi más veces que "arraigo"
Sea como fuere, el clúster ya es parte de la historia. El término de moda es ahora ecosistema. En el reciente debate parlamentario sobre la venta de Euskaltel, Arantxa Tapia mencionó esta palabra casi más veces que "arraigo". Pero ecosistema es un término que proviene del mundo de las startups, que tienden a crecer allí donde se juntan inversores, emprendedores y algún talento más.
Los dos focos principales son Silicon Valley e Israel, donde se reúnen todos esos ingredientes en una simbiosis que hace que broten los proyectos como las plantas en suelo abonado y regado y, sobre todo, que prosperen y terminen vendiéndose al mejor postor o saliendo a bolsa. Solo en los ecosistemas que tienen emprendedores e inversores dispuestos a arriesgar pueden surgir y crecer startups que a su vez generan otras nuevas a partir del éxito anterior.
Lo que sí está claro es que Euskadi es un buen ecosistema para los consultores que asesoran a los políticos
¿Es Euskadi uno de ellos? Nos falta todavía disponer de muchos más de ambos, aunque se han dado algunos pasos en la buena dirección. Quizás con mayor ambición, especialmente a la hora de mirar al mundo, reguemos todavía mejor las semillas que sí que brotan de vez en cuando. Mientras tanto, lo que sí está claro es que Euskadi es un buen ecosistema para los consultores que asesoran a los políticos. Y tiro porque me toca.