Talento. Un término que está de moda y que viene uniéndose en los últimos tiempos a la palabra, retención. Retener el talento como consigna o lo que es lo mismo, impedir con fórmulas atractivas que el capital humano, fundamentalmente los buenos, acaben yéndose a otra localización geográfica o a otra empresa.

Algo que a priori puede parecer una tarea sencilla se está complicando cada vez más y no sólo para nosotros, en general, en todo el mundo. El reto que hoy ya es de alcance, va a ser  EL RETO con mayúsculas, en los próximos años. 

Y la pandemia también tiene que ver mucho en esto. La crisis del coronavirus nos ha mostrado otras formas de trabajar y sobre todo otras formas de entender la vida, y con ella el trabajo. Estos cambios radicales se han convertido en un auténtico fenómeno en EEUU, un fenómeno al que ya se ha dado nombre “The great designation” traducido “La gran dimisión”, una realidad que está llevando a  que millones de trabajadores, la friolera de 4 millones de personas al mes,  abandonen su puestos de trabajo, lo que supone el 3% de la población activa en el país de Biden. Sin duda, el asunto es un auténtico quebradero de cabeza para un país en el que el paro afecta al 5% de la población.

 

La crisis del coronavirus nos ha mostrado otras formas de trabajar y sobre todo otras formas de entender la vida, y con ella el trabajo

 

Consciente de la situación, el propio Biden hizo en su momento declaraciones públicas que han llegado a todos los rincones del planeta, en las que pedía a los empresarios que mejoraran la retribución de los empleados para frenar  así, la  fuga de cerebros. Lo cierto es que analizada  con más detalle “La Gran dimisión”, la realidad es que la clave no son sólo los salariaos, aunque también. 

De hecho, cuando se va a los ejemplos concretos parece que  ha sido la pandemia y las nuevas formas de afrontar el trabajo, lo que está llevando a muchos trabajadores norteamericanos a dejar su puesto, principalmente  porque se están replanteando su forma de vida.

 

Es el momento de ser creativos, de buscar fórmulas imaginativas que ayuden a la retención del talento

 

Todavía no ha llegado la gran dimisión hasta aquí, pero ya punta maneras así que debemos ponernos la venda antes de tener la herida. Las empresas deben convertirse en lugares atractivos en los que desarrollar la vida profesional. Lo primero y urgente, es que  tanto trabajadores como empresas  sepan  identificar el talento, que según los expertos, se compone de tres ingredientes fundamentes: lo qué sé,  la experiencia que voy adquiriendo y la actitud que tengo ante la vida en general, y ante el desarrollo profesional en particular.

Por mucho que algunos se empeñen en que la clave está en los salarios, hace ya tiempo que la mayoría buscamos otros incentivos, siempre y cuando, evidentemente, tengamos las necesidades básicas cubiertas. 

Por eso, es el momento de ser creativos, de buscar fórmulas imaginativas que ayuden a la retención del talento. Los equipos de recursos humanos tienen sin duda por delante, un reto tan apasionante como complicado, en el que hay que trabajar codo a codo con las personas, con todos y cada uno de los talentos que tenemos dentro de los centros de trabajo. 

 

Hoy por hoy ,ya tenemos diagnosticado el problema, nos falta atractivo para captar y retener talento, hay que mirar qué están haciendo los buenos, esos que han conseguido que sus empleados sean los auténticos prescriptores de marca

 

Se hace necesario saber qué es lo que motiva a la gente, sobre todo a aquellos capitales humanos cuya pérdida se hace difícil de asumir en la compañía. Lo más fácil, a veces, es arreglar las cosas con dinero, esa es una clave sencilla, en mucho más complicado compensar con tiempo, con ocio o con incentivos intelectuales.

Hoy por hoy ,ya tenemos diagnosticado el problema, nos falta atractivo para captar y retener talento, hay que mirar qué están haciendo los buenos, esos que han conseguido que sus empleados sean los auténticos prescriptores de marca, y copiar, no pasa nada por aprender y copiar las buenas prácticas. 

La realidad es que en la época de la inteligencia artífica, aún no hemos resuelto como retener el talento.